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Un estudiante tijuanense desarrolló una innovación del collarín ortopédico convencional, a través de la inclusión de tecnología, lo que permite disminuir los tiempos de rehabilitación y efectos no deseados.
El estudiante de Ingeniería Mecatrónica del Centro de Enseñanza Técnica y Superior (Cetys), Jorge Luis Sánchez Espinoza, en equipo con Fernando López López, logró materializar el proyecto COREH (Collarín Ortopédico de Rehabilitación).
Un caso cercano de lesión cervical fue lo que llevó al estudiante a cuestionar los beneficios de utilizar un collarín ortopédico, encontrando que si bien representa una solución inmediata, también acarrea consecuencias como la dependencia psicológica.
Además, la pérdida en la protección de los músculos y su atrofio, resultado de la falta de atención y compromiso al tratamiento, dio a conocer la institución educativa Campos Tijuana.
Con el apoyo del coordinador de Ingeniería Mecatrónica, Arturo Escoto Méndez en la investigación y un primer prototipo impreso en 3D, se dio el primer paso en el mundo del emprendimiento y ya se encuentra en proceso de patente, expuso.
Refirió que es a través de este tipo de proyectos multidisciplinarios, donde convergen áreas de saber ingenieril y de la salud, que hoy los jóvenes buscan dar soluciones a problemas reales dentro de su entorno.
“El reto de dedicarse no sólo a los temas que profesionalmente les competen, sino también a conocimientos que necesitan entender para poder atacar de forma correcta, lo que ya los ha llevado a tener el aval de expertos en salud”.
El universitario Sánchez Espinoza explicó que “COREH acelera la recuperación por medio de fisioterapias predeterminadas en las que intervienen el control de temperatura y vibraciones”.
Ello, a través de una serie de motores tipo pastilla encargadas de producir ligeras vibraciones y una variación de temperatura a través de calentadores flexibles, que en equipo trabajan el músculo mediante una aplicación manejada vía bluetooth, anotó.
Recientemente, COREH ya participó en el Concurso de Expo Ciencias del Noroeste y obtuvo su pase a la etapa nacional celebrada en la ciudad de Morelia, Michoacán, donde se expuso este proyecto y se recibió retroalimentación al conocer el trabajo de otros jóvenes.
El estudiante de Ingeniería Mecatrónica del Centro de Enseñanza Técnica y Superior (Cetys), Jorge Luis Sánchez Espinoza, en equipo con Fernando López López, logró materializar el proyecto COREH (Collarín Ortopédico de Rehabilitación).
Un caso cercano de lesión cervical fue lo que llevó al estudiante a cuestionar los beneficios de utilizar un collarín ortopédico, encontrando que si bien representa una solución inmediata, también acarrea consecuencias como la dependencia psicológica.
Además, la pérdida en la protección de los músculos y su atrofio, resultado de la falta de atención y compromiso al tratamiento, dio a conocer la institución educativa Campos Tijuana.
Con el apoyo del coordinador de Ingeniería Mecatrónica, Arturo Escoto Méndez en la investigación y un primer prototipo impreso en 3D, se dio el primer paso en el mundo del emprendimiento y ya se encuentra en proceso de patente, expuso.
Refirió que es a través de este tipo de proyectos multidisciplinarios, donde convergen áreas de saber ingenieril y de la salud, que hoy los jóvenes buscan dar soluciones a problemas reales dentro de su entorno.
“El reto de dedicarse no sólo a los temas que profesionalmente les competen, sino también a conocimientos que necesitan entender para poder atacar de forma correcta, lo que ya los ha llevado a tener el aval de expertos en salud”.
El universitario Sánchez Espinoza explicó que “COREH acelera la recuperación por medio de fisioterapias predeterminadas en las que intervienen el control de temperatura y vibraciones”.
Ello, a través de una serie de motores tipo pastilla encargadas de producir ligeras vibraciones y una variación de temperatura a través de calentadores flexibles, que en equipo trabajan el músculo mediante una aplicación manejada vía bluetooth, anotó.
Recientemente, COREH ya participó en el Concurso de Expo Ciencias del Noroeste y obtuvo su pase a la etapa nacional celebrada en la ciudad de Morelia, Michoacán, donde se expuso este proyecto y se recibió retroalimentación al conocer el trabajo de otros jóvenes.
