Cómo operan taxis, Uber y Cabify en Europa

Los gobiernos europeos también han enfrentado protestas por la irrupción de vehículos de plataforma


Madrid.- Los conflictos del sector del taxi no se circunscriben a nuestro país, en Europa también han vivido enfrentamientos similares por lo que consideran "competencia desleal" de los VTC, o vehículos de plataformas como Uber y Cabify.





Estas son algunas de las normativas establecidas en el ámbito de la Unión Europea (UE):









ESPAÑA





La normativa prohíbe a los VTC circular por las vías públicas o permanecer estacionados para contratar directamente con los clientes y restringe geográficamente la prestación del servicio en el territorio nacional.





Estos vehículos tienen un plazo de cuatro años para continuar prestando servicios en el ámbito urbano. Después, se habilitarán solo para prestar servicios interurbanos.





Las regiones podrán modificar las condiciones de explotación de las autorizaciones VTC, como la precontratación, la solicitud de servicios, la captación de clientes o los horarios, sin afectar a las competencias de los ayuntamientos.





En septiembre de 2018, había un total de 11.200 licencias VTC, y Madrid tenía 5.277, por delante de Barcelona, con 1.926, y Málaga, con 1.075. El número de licencias de taxi era aproximadamente seis veces mayor que el de VTC.





UNIÓN EUROPEA





En la UE no hay una legislación específica aplicable a los pasajeros de transporte por automóvil, aunque se recomienda a los Estados miembros que regulen estos servicios.





La Comisión Europea, que apoya los nuevos modelos empresariales de economía colaborativa, establece los principios de proporcionalidad, no discriminación y libertad de establecimiento.





ALEMANIA





El negocio de las VTC está regulado tras una sentencia judicial de 2016, que los equipara en gran medida a los taxis. Todos sus conductores deben obtener una licencia de transporte de pasajeros y sus empresas precisan una concesión de taxi, cuestión que regulan los estados federados.





Hay unos 56.000 taxis, pero no se dispone de una cifra global de licencias VTC. En Berlín, operan más de 8.000 taxis y al menos 1.000 UberTAXI, una de las tres modalidades del servicio de la multinacional estadounidense en la capital alemana. Desde 2014 operan en Múnich y Berlín plataformas de VTC como Uber y Taxify.





Manifestación de taxistas en Barcelona.




FRANCIA





La regulación francesa no establece un número limitado de VTC, en comparación con el sector del taxi, que sí depende del número establecido por los ayuntamientos.





Los conductores tienen que aprobar un examen y una serie de controles para recibir un permiso de trabajo.





Sus tasas administrativas se elevan a 200 euros, frente a los más de 100.000 euros que se pagan en el mercado de licencias de taxis.





Los taxistas franceses también han protagonizado numerosas manifestaciones contra estas medidas, por considerar que implican un mayor número de obligaciones.





ITALIA





En Italia, los ayuntamientos otorgan las licencias a los taxistas y VTC sobre la base de las regulaciones establecidas a nivel regional. Las licencias de los taxistas suelen ser caras y en grandes ciudades como Roma o Milán numerosos propietarios las han revendido, con frecuencia a precios muy altos, cuando han decidido jubilarse o cambiar de trabajo.





En cambio, los conductores de VTC están sujetos a menos reglas y controles, y las licencias son más baratas. Por eso, los taxistas se quejan de que los VTC incurren en competencia desleal al ofrecer un servicio similar pero con menos costes y obligaciones.





En los últimos tiempos, los taxistas han protestado para pedir al Gobierno que regule la situación de los VTC y reivindican que se obligue por ley a los VTC a regresar a las cocheras tras realizar cada servicio.





REINO UNIDO





En el Reino Unido, los taxis tradicionales conviven con los conocidos como "minicabs" ("minitaxis"), que pueden contratarse por teléfono, y con los vehículos de empresas como Uber, que se reservan a través de aplicaciones.





Los coches con licencia privada no pueden pararse en la calle sin contratación previa, como sí pueden los taxis, y están obligados a informar sobre la tarifa aproximada que costará cada viaje, en lugar de utilizar un taxímetro.





En marzo de 2018, en Inglaterra había 73.100 licencias de taxi y 212.300 de Vehículos de Alquiler Privado (PHV, en inglés), estas últimas necesarias para ofrecer servicios de transporte con conductor.





Los tradicionales taxis londinenses.




BÉLGICA





La regulación belga limita el número de licencias en función del potencial de conductores necesarios.





Bruselas está desarrollando una nueva normativa para eliminar progresivamente la venta ilegal de licencias, de modo que los permisos se otorgarán gratis a los conductores registrados, aunque su número seguirá limitado.





Cuando entre en vigor la nueva reglamentación, obligará a los conductores de VTC a pasar un examen de taxista, tener un mínimo 21 años y 3 de experiencia al volante, así como presentar un certificado de buena conducta.





AUSTRIA





Uber coopera en Viena con numerosas empresas de VTC, que en total tienen unos 2.000 conductores.





Tras una demanda presentada por una empresa local de taxis, Uber se vio obligada en septiembre pasado a cambiar su procedimiento en Viena.





Así, las VTC subcontratadas son las que ordenan a sus conductores de Uber recoger y llevar a un cliente. Al mismo tiempo, Uber aumentó sus tarifas un 25 %, con lo que éstas se acercan más a las del taxi convencional.





Los conductores de Uber son todos empleados de empresas de VTC, deben cobrar el salario mínimo del sector pero, a diferencia de los taxistas, no necesitan ningún tipo de habilitación para trabajar.





Protesta de taxis en Lisboa.




PORTUGAL





Desde el 1 de noviembre de 2018, la normativa obliga a los conductores de VTC a realizar un curso de formación, limita a un máximo de diez horas diarias su jornada laboral y exige que tengan un contrato de trabajo con el operador.





Sin embargo, la ley no impone ninguna limitación al número de vehículos, al contrario que con los taxis.