El duro reto de vivir sin una extremidad

Es común encontrar a gente con miembros amputados por el “pie diabético”

El duro reto de vivir sin una extremidad

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Ciudad Valles.- Un hombre que frisa los 60 años de edad batallaba contra una banqueta de baja altura en la calle Abasolo. Para cualquier persona con sus dos piernas, ese paso sería un asunto tan rutinario que apenas y lo podría percibir el cerebro como un desafío corporal, pero el hombre llevaba unas muletas que parecía aprender a usar.





Por fin lo logró y después de trasponer el obstáculo pareció quedarse a reflexionar un momento junto al vidrio del aparador de la famosa panadería que está poco antes de Porfirio Díaz. Así como el hombre que se acostumbra a una edad avanzada a una discapacidad, otros 32 vallenses tuvieron que hacerlo en 2018, porque fue 33 el número de amputaciones que registró el Hospital General por problemas de diabetes.





El jefe de la Jurisdicción Sanitaria V, Francisco Adrián Castillo Morales, y el director del Hospital General, Christian Alemán Muñiz, coinciden en una cifra de personas que tuvieron complicaciones y que terminaron perdiendo una extremidad inferior por la famosa enfermedad: de 42 personas que presentaron problemas por pie diabético, 33 fueron amputadas de alguna de las partes de su pie, de su pie completo o de una buena porción de la pierna con la que habían caminado desde que dieron sus primeros pasos.





Pandemias modernas y pie diabético
La diabetes es una preocupación de la Organización Mundial de la Salud (OMS), de la Secretaría de Salud Federal (Ssa) y de las diferentes dependencias de esta naturaleza que están cerca de la Huasteca, más aún sabiendo la costumbre local de comer alimentos con altos contenidos en carbohidratos y refresco qué hay entre los de esta zona.





La diabetes es una enfermedad muy conocida en la que el páncreas deja de regular los niveles de azúcar del cuerpo, causando bajas en el sistema inmune y por ende, vulnerabilidad en quien la padece.





No es curable, pero llevando una vida sana como alimentarse de manera equilibrada y haciendo ejercicio, se puede controlar y el paciente puede vivir como si nada, pero si se abusa del alcohol, del refresco, de los azúcares y las grasas, sobrevienen complicaciones como el pie diabético, que es una pérdida de sensibilidad en las extremidades, causada por la mala circulación que propicia la enfermedad.





La falta de sensibilidad en la piel hace que una lesión menor se convierta en una infección grave y mucha gente acude al hospital ya cuando hay poco qué hacer por el miembro infectado.





Valles, pueblo chico
Valles es una ciudad en ciernes con 177 mil habitantes. Cuando un hombre resulta amputado por las razones expuestas antes, la familia, los vecinos, los conocidos sienten la pérdida del enfermo de una manera dramática y provienen los reproches sobre la falta de cuidados y la dejadez con la enfermedad. La vida cambia y nuevos obstáculos se ciernen sobre el paciente.





El DIF municipal ha informado que el 50 por ciento de las personas que atienden en su Centro de Rehabilitación Infantil son las que tuvieron amputaciones por enfermedades crónica degenerativas que rebasan por mucho a los que reciben terapia por discapacidades congénitas o por haber resultado heridos en accidentes.





La nutrióloga del IMSS, Denisse Amador dio a conocer un estudio realizado en 2012 llamado “Diabetes Mellitus. El estado de la epidemia”, que arroja la cifra de que en México más del 9 por ciento de la población sufre de la conocida enfermedad y que del total de los diabéticos, el 46 por ciento de éstos también presenta cuadros de hipertensión arterial.





Tomando en cuenta esa cifra, casi 16 mil personas sufren de la diabetes en Valles, así que no cuidarse puede derivar en un drama como el de la mutilación de una de las extremidades inferiores, siempre y cuando se siga llevando un tren de vida como el que se tenía antes del padecimiento.