Impacto ecológico del sargazo es mayor a lo que se piensa, alertan científicos

Impacto ecológico del sargazo es mayor a lo que se piensa, alertan científicos
Foto: Especial

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Hasta ahora los focos sobre los impactos negativos de la acumulación y descomposición del sargazo en playas del Caribe Mexicano se han centrado sólo en el aspecto turístico y económico, derivado de su presencia en las zonas visitadas por las y los vacacionistas.
Pero, ¿qué pasa con las áreas en donde no hay hoteles o sólo existen propiedades particulares que carecen de capacidad económica para limpiar su frente de playa?, ¿qué hay de las zonas intocadas en donde se acumula el sargazo y se pudre?
Eric Jordán, investigador del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología de la UNAM, unidad Puerto Morelos, advierte que descuidar esas zonas, podría derivar en una catástrofe ecológica, al modificar irreversiblemente las condiciones ambientales de ecosistemas costeros que son la fuente del turismo y base de la economía de Quintana Roo y de México.
"Por eso es que la gente debe exigirle al gobierno federal, porque es un tema de competencia federal, que solucionar el problema y proteger los arrecifes de coral y el resto de ecosistemas", afirma.
El experto en arrecifes de coral, Jordán destaca que la problemática no se limita a recoger el sargazo en las playas públicas y en los frentes costeros de los hoteles, sino en donde el litoral está expuesto.
Explica que estas macroalgas no son en sí mismas un problema, pero se vuelven una amenaza cuando llegan masivamente a la costa, se acumulan y se pudren, liberando una gran cantidad de nutrientes y materia orgánica que cambia las condiciones ambientales de la playa, compactándola, de los pastizales, matándolos, de los manglares y de los arrecifes de coral.
En concordancia con otros investigadores y científicos que han advertido que el sargazo, no es precisamente la causa del Sindrome Blanco, que acaba aceleradamente con el tejido vivo de los corales, acelerando su muerte, Jordán expone que sí puede ser un factor que se suma a otros, que afectan la calidad del agua del mar, lo que termina por afectar a estos organismos generadores de arrecife.
Ocurre que los arrecifes de coral son una maquinaria natural extraordinaria que, al igual que el ecosistema marino que habita el Caribe Mexicano, está acostumbrado a vivir en aguas claras y limpias. Cambiar esa condición los hace proclives a enfermar.
"Hay una relación entre el deterioro de la calidad del agua y la afectación al arrecife", expresa, pero aclara que el tema sigue siendo investigado y no hay aún datos concluyentes al respecto.
Por separado, la investigadora, también del Instituto de Ciencias del Mar, Brigitte Van Tussembroeke, reitera la necesidad de invertir recursos en la investigación de este fenómeno, relativamente nuevo, del que se sabe que trata de un florecimiento de algas, "inesperado e impredecible".
"Lo que nos dice el sentido común es que el sargazo es un fenómeno que se va a quedar. Ignoramos si estamos al inicio de una curva exponencial", dice, al señalar que la estrategia a seguir debe integrar sistemas de monitoreo, alerta temprana, la recolección de las macroalgas en el mar, la limpieza de playas y el encontrarle un uso.
Para el ex presidente de la Asociación de Hoteles de Cancún y Puerto Morelos, Carlos Gosselin, la zona que va proteger de forma prioritaria, son 120 kilómetros de los 480 que abarcan los litorales de Quintana Roo, porque ahí es donde se generan el 8.4 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) de México. Tan sólo Cancún, abarca el 4 por ciento.
"De Tulum a la zona continental de Isla Mujeres. Esa es la zona turística que nos interesa proteger", dice y considera que el gobierno federal debe aportar los recursos para la limpieza y mantenimiento en las zonas públicas y en donde no hay construcciones.