El CC200 retransmitirá "La Valquiria", desde el Met de Nueva York

La puesta en escena, un despliegue vocal en una ingeniosa pieza de tecnología

 El próximo sábado 30 de marzo del 2019, a partir de las 10:00 de la mañana, El Teatro del Centro Cultural Universitario Bicentenario presentará la retransmisión de "La Valquiria", de Richard Wagner, desde el Metropolitan Opera de Nueva York. 

El director de la puesta en escena esPhilippe Jordan y la producción corre a cargo de Robert Lepage, con un despliegue innovador y más complicado de lo habitual por la maquinaria escénica especialmente ideada para el seria wagneriano del Anillo del Nibelungo. 

Esta es la segunda entrega del ciclo de El Anillo del Nibelungo de Wagner, "La Valquiria"es protagonizada por la soprano norteamericana Christine Goerke como la diosa guerrera Brünnhilde, cuyo encuentro con los mortales gemelos Siegmund y Sieglinde, interpretados por el tenor australiano Stuart Skelton y la soprano holandesa Eva-Maria Westbroek, la conducen a un viaje del Walhalla a la prosaica humanidad.

Esta obra es una ópera en tres actos, es considerada una de las mejores representaciones del poder del amor, incluso si los amantes en cuestión son hermana y hermano gemelos.

Las valquirias son las hijas del dios Wotan y la madre tierra, la diosa Erda, concebidas como doncellas guerreras para defender el Olimpo germánico, el Walhalla, del acecho de los Nibelungos y recoger las almas de los héroes muertos en batalla para llevarlos a su descanso eterno en el Walhalla.

Además, el tercer acto empieza con la famosa danza de Las Valquirias, en la que, en un cambio dramático, Wagner utiliza el sonido de ocho poderosas voces femeninas para representar la terrible emoción del combate.

Esta ópera termina con una de las más conmovedoras piezas que jamás haya sido compuesta para una despedida.

Sobre la historia Wagner trabajó de atrás hacia adelante planeando la ópera a partir de la muerte de Sigfrido, decidiendo luego que necesitaba otra ópera para narrar la juventud de Sigfrido, y luego decidió que necesitaba contar la historia de la concepción de Sigfrido y de los intentos de Brunilda por salvar a los padres de él, y finalmente decidiendo que también necesitaba un preludio que contara el robo original del oro del Rin y la creación del anillo.

LA GRAN MÁQUINA EN ESCENA

La puesta en escena de Lepage se basa en lo que se conoce como "la máquina", un aparato de 90,000 libras que consta de 24 tablones de aluminio de 30 pies de largo suspendidos entre dos torres de acero de 26 pies de alto, más la maquinaria necesaria para que los tablones se levanten, caigan y giren. Una ingeniosa pieza de arte teatral, la máquina incorpora varios sistemas complejos que deben funcionar en perfecta armonía. Un sistema hidráulico de servicio pesado de 1,700 PSI eleva, baja y gira un eje central (conocido como el "núcleo") al que están conectadas todas las tablas, mientras que los frenos neumáticos se acoplan o desconectan individualmente de cada tabla, determinando si gira con El núcleo o gira de forma independiente. 

El sistema también se basa en la gravedad, por medio de pesos que se insertan o eliminan manualmente desde cada extremo de cada tabla para controlar la dirección de rotación cuando una tabla se desengancha del núcleo. El ingrediente final es la mano de obra, en forma de manos situadas detrás de la máquina con cuerdas, que controlan manualmente el movimiento de los tablones cuando se requiere una coreografía más orgánica. En general, como explica el director técnico de Met, David Feheley, la máquina es "mitad animada, mitad 'manimada' y mucho más como un títere gigante que como una pieza automática".

Mientras tanto, a medida que la máquina se transforma en innumerables arreglos diferentes, las proyecciones de vanguardia y los efectos de iluminación proporcionan color, textura y detalles, permitiendo que todas las configuraciones fantásticas de Wagner, desde las profundidades cavernosas de Nibelheim hasta la cima de la montaña rodeada de llamas de Brünnhilde, se materialicen en la etapa met Las impresionantes proyecciones tridimensionales se ajustan en tiempo real, distorsionándose a sí mismas a medida que la máquina se mueve para que la imagen permanezca estable a pesar del movimiento de la superficie de proyección. Las imágenes también responden de manera interactiva al sonido de la música y al movimiento de los cantantes, utilizando el rastreo infrarrojo y las balizas de localización usadas por el reparto.