El legado de José Chávez Morado
Un 0 4 de enero, pero de 1909 en Silao, Guanajuato, nació José Chávez Morado, una de las figuras esenciales del arte mexicano del siglo XX. Este pintor y muralista nacionalista dejó un legado cultural que va más allá de sus imponentes murales, extendiéndose a su labor como promotor cultural, educador y coleccionista. Su obra, marcada por un compromiso social y una búsqueda constante de conexión con el público, se destaca dentro del movimiento muralista mexicano y la Escuela Mexicana de Pintura.
Desde joven, Chávez Morado mostró una inclinación hacia las artes plásticas, consolidada durante su estadía en Estados Unidos y Canadá, donde trabajó en diversos oficios antes de estudiar dibujo en la Chouinard School of Art. De vuelta en México en 1931, comenzó una carrera multifacética que incluyó caricatura, grabado y pintura, siempre con un enfoque en la figura humana, el paisaje rural y las costumbres populares.
Fiel a su ideología revolucionaria, integró la Liga de Escritores y Artistas Revolucionarios (LEAR) en 1936 y más tarde el Taller de Gráfica Popular. Su producción artística se entrelazó con sus preocupaciones políticas, creando grabados y murales de fuerte contenido crítico y social. Entre sus obras murales más icónicas destacan El retorno de Quetzalcóatl, La conquista de la energía y La ciencia del trabajo, ubicadas en Ciudad Universitaria, así como los relieves de la Alhóndiga de Granaditas y el Museo Nacional de Antropología.
El estilo del artista combina una sobriedad técnica con un lenguaje simbólico arraigado en las tradiciones prehispánicas y populares mexicanas. Él mismo explicó que su trabajo no buscaba un realismo puro, sino una reinterpretación crítica de la historia a través de símbolos que dialogan con el presente. En obras como México Negro (1942), se observa una narrativa que entrelaza el pasado colonial con las luchas del México moderno.
Fue maestro en diversas escuelas de arte, fundador de la Galería Espiral y director de la Escuela de Diseño y Artesanías del INBA. Expuso sus obras en el Palacio de Bellas Artes y el Museo de Arte Moderno, también participó en la creación de museos en Guanajuato, incluyendo el Museo Olga Costa-José Chávez Morado, donde reposan sus cenizas y las de su esposa, la pintora Olga Costa.