Inspiración

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El ritmo natural de vida que se representa con nuestra respiración, nos brinda la oportunidad de recordar los dos momentos interdependientes vitales: inhalación y exhalación.

En la inhalación, cuando inspiramos, experimentamos un momento de plenitud, de expansión de nuestro abdomen y pecho que corrige nuestra postura, nos llena de fuerza y brinda seguridad. Ese mismo movimiento es el que nos invita a despertar a la propia inspiración de ser plenamente felices. Esta plenitud no se refiere a que una sola emoción gobierne nuestra experiencia de vida (alegría) reprimiendo a aquello que se considera negativo (tristeza, enojo), sino a poder experimentar todo el espectro emocional sin vernos atrapados por él. Esta capacidad de observar la emoción y no a través de la emoción es parte de la inteligencia emocional. El saber que todo lo que tiene un principio y un fin (cuerpo, sensaciones, emociones y pensamientos) es exactamente lo que no somos en realidad es expresión de inteligencia espiritual. Y es a través de esas dos inteligencias, emocional y espiritual, que podemos utilizar nuestra inteligencia cognitiva para entender que finalmente quien decide cómo sentirse es uno mismo. A ese instante de despertar consciente se le llama ‘inspiración’. Es el integrarnos al fluir de la vida, a su impermanencia, a su fuerza, es decir, a su sacralidad. Es el aceptar el regalo de estar presentes en el ahora de la forma en que queremos experimentar nuestra vida, con una mente establecida en la ecuanimidad y el gozo. La inspiración es el Espíritu (de la Vida, de Dios, del Todo, de la Vacuidad) que está presente en cada pensamiento, emoción y acción. Y es la inspiración la que se está expresando con cada árbol que empieza a regalar nuevos colores, a una luz del amanecer más intensa y a una nueva energía que se expresa en cada ser viviente. Podemos identificar si estamos realmente inspirados en nuestra vida o si, por el contrario, estamos expresando resistencia, frustración y aburrimiento. Cabe preguntarnos si en verdad estamos enfocados en lo maravilloso de la vida o sigue dominando el pensar en la enfermedad y el sufrimiento. Incluso si estamos experimentando enfermedad darnos cuenta si ya escuchamos su mensaje o lo seguimos silenciando con nuestro propio abatimiento y perturbación. Es tiempo de tomar una inhalación sentida y profunda, mirar a nuestro alrededor y continuar con nuestro día con gozo
y aceptación.