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Desde la nómina maestra hasta el robo en abonos, la farmacia de Sandra, la apropiación de terrenos en áreas naturales protegidas, los latrocinios con el dinero del Impuesto Especial sobre Productos y Servicios en la alcaldía de la capital, el asalto a los usuarios del registro civil y desvíos de dinero de pensiones de los trabajadores estatales, la administración pública se ha convertido en una verdadera cueva de ladrones, únicamente puesta en evidencia por organismos auditores o servidores públicos que decidieron no callarse.
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Ahora toca el turno al ejercicio de la función pública dentro de la propia Auditoría Superior del Estado, en la que la desaparición del dinero de pensiones se convierte en un foco rojo que deja señales de alarma para la administración pública.
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Los refugios de servidores públicos cuestionables alcanzaron a la Auditoría Superior del Estado de los años de José de Jesús Martínez Loredo, justo aquellos donde se fraguaba una ecuación corrupta que por igual proponía recaudar dinero de alcaldes para convertirlos en los mejores presidentes municipales del mundo, que protegía gallardistas y hasta les daba chance de proponer al candidato más fuerte para presidir el organismo público autónomo de Derechos Humanos.
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En esta larga trayectoria de corrupción es frecuente encontrar servidores públicos desde el gallardismo hasta los auditores de aquella generación que aprovechaban los incrementos presupuestales precisamente para malversar fondos públicos. Los representantes del organismo auditor van directo a denuncia y en el gallardismo hasta ahora lo que se ve es un altísimo grado de impunidad principalmente de la autoridad estatal.
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Los servidores públicos responsables de la impartición de justicia tienen una larga tarea que hacer para procurar un castigo ejemplar a quienes resulten responsables del saqueo de fondos públicos de las pensiones. Basta con ponerse a trabajar y generar las condiciones para una adecuada y equilibrada investigación que llegue hasta las últimas consecuencias y procure la reparación del daño patrimonial No sólo en el caso de los malversadores de fondos de la auditoría sino en los escandalosos y multimillonarios saqueos a la alcaldía capitalina en los tiempos del gallardismo.
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¡¡HASTA MAÑANA!!