Foco rojo Cambio engañoso

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El conflicto nació hace un mes, cuando el 12 de agosto, un grupo de ciudadanos ocupó la presidencia municipal de Villa de Zaragoza, exigiendo que ya no se permitiera que personas que no habitaban en el municipio se integraran al gobierno de Paloma Bravo García. 

A pesar de la relativa cercanía con la capital, el asunto no llamó mucho la atención del gobierno del estado. Luego, los inconformes agregaron la denuncia a la alcaldesa por presuntos malos manejos y el posible uso de facturas de empresas “fantasma” para desviar recursos.

La administración municipal hizo varios intentos de recuperar el inmueble, sin éxito. La beligerancia de los inconformes creció, dicen en el ayuntamiento, al grado de reventar incluso las labores realizadas en la curía, que fue tomado como un inmueble alterno.

Y la situación se pondrá aún más tensa tras el incidente de ayer, luego de que un intento de desalojo, apoyado por una orden judicial, acabó de manera desastrosa cuando un agente perdió la cabeza, sacó su arma y realizó varios disparos.

No la tenía fácil. El batallón de policías estatales estaba bajo una lluvia de piedras y palos propinados por los inconformes. Afortunadamente, no hubo lesionados de bala, pero el problema en Villa de Zaragoza se complicará demasiado por esa acción.

Ahora no queda sitio para el desentendimiento. Las autoridades involucradas deberán actuar para distender la situación. Y como en varios conflictos que se han desatado últimamente, una de las partes negociadoras debe se rla gallardía.

En la alcaldía de Zaragoza, ven la mano de esa corriente política en el conflicto. Señalan a una regidora de la alcaldía soledense como una de las instigadoras del conflicto. Y las declaraciones del diputado ahora verde, Ricardo Gallardo, en contra de la “represión” tienen una curiosa sincronía.

En la Junta de Coordinación Política que estará vigente en el segundo año de funciones de esta Legislatura, prometen cambios radicales para limpiarle la cara a una instancia que se ha hundido en el descrédito.

Parece difícil cuando el organismo no puede considerarse “nuevo” cuando en las tres principales posiciones, sólo hubo un cambio de asientos.

¿Pueden ser distinta la Jucopo si las cabezas no cambiaron?

Así como se disolvió el plantón que hace unas semanas mantenía el SUTSGE frente a Palacio de Gobierno, ayer desapareció la manifestación que la CMAP montó en el mismo sitio. La intención era inocultable: presionar toando de rehén las celebraciones patrias.

Al sindicato lo retiraron luego de que el gobierno estatal le concedió los beneficios laborales que demandaba. ¿Y a la organización de presunta izquierda cómo la convencieron?  ¿Tendría algún costo para el erario?