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Matehuala.- Los llamados acaparadores de espacios actúan a lo largo y ancho de la calle, debido a una evidente falta de autoridad.
Aparentemente hay comerciantes y amas de casa a los que les disgusta que conductores ajenos estacionen sus vehículos frente a sus fachadas, por lo que colocan objetos para que nadie se estacione.
El automovilista, Roberto Viera de León comentó que “así se permanece todo el día, sin que alguien les llame la atención o les indique que la calle no es propiedad de nadie”.
También comentó que Tránsito ya debería de actuar contra las personas que sacan afuera de su casa y negocios, botes, tinas, diablos, cajas de reja, todo lo que tienen a la mano, para que con ello nadie se estacione.
Agregó que “si de por si venir al Centro es un desbarajuste porque no hay espacios para estacionarnos”.
Explicó que hace un mes me estacione sobre la calle de Bustamante casi esquina con Libertad, “salió una mujer de una casa y me preguntó qué cuánto tiempo iba a permanecer estacionado. Le respondí que no sabía cuánto tiempo tardaría en el banco. Me dijo, pues rápido, porque al rato llega mi esposo y aquí tiene que estacionar su carro”.
Aparentemente hay comerciantes y amas de casa a los que les disgusta que conductores ajenos estacionen sus vehículos frente a sus fachadas, por lo que colocan objetos para que nadie se estacione.
El automovilista, Roberto Viera de León comentó que “así se permanece todo el día, sin que alguien les llame la atención o les indique que la calle no es propiedad de nadie”.
También comentó que Tránsito ya debería de actuar contra las personas que sacan afuera de su casa y negocios, botes, tinas, diablos, cajas de reja, todo lo que tienen a la mano, para que con ello nadie se estacione.
Agregó que “si de por si venir al Centro es un desbarajuste porque no hay espacios para estacionarnos”.
Explicó que hace un mes me estacione sobre la calle de Bustamante casi esquina con Libertad, “salió una mujer de una casa y me preguntó qué cuánto tiempo iba a permanecer estacionado. Le respondí que no sabía cuánto tiempo tardaría en el banco. Me dijo, pues rápido, porque al rato llega mi esposo y aquí tiene que estacionar su carro”.
