5 mitos de los tenis para correr que necesitas conocer
No todos los consejos sobre running son ciertos. Conoce la verdad sobre los mitos más comunes aquí.

Quizás alguna vez has escuchado o leído que debes cambiar de calzado ante la primera señal de molestia en las rodillas o en los pies después de una sesión de running, o bien, que las opciones minimalistas son mejores debido a que imitan la forma natural de correr. A pesar de que estos consejos suenan lógicos, ¿qué tan ciertos son?
El tema de los tenis para hacer running está lleno de ideas erróneas que, incluso, han provocado que las personas elijan un par equivocado. Si tú has llegado a dudar acerca de qué modelo adquirir para tener un buen rendimiento mientras entrenas o compites, en esta nota encontrarás toda la información que necesitas para tomar una buena decisión.
1. Todos los tenis deportivos sirven para correr
Uno de los errores más frecuentes es asumir que cualquier calzado deportivo es adecuado para el running, pero cuando se ven de cerca sus detalles, las diferencias son evidentes. Los tenis para correr tienen tecnología que optimiza la pisada, amortigua el impacto y ofrece estabilidad; además, existen variaciones de acuerdo a las necesidades de cada individuo.
¡Sigue nuestro canal de WhatsApp para más noticias! Únete aquí
Se debe tener en cuenta que no todos los corredores tienen la misma pisada, peso o necesidades biomecánicas; por ello, hay diseños con distintos niveles de amortiguación, soporte y flexibilidad.
Por otro lado, los zapatos casuales y los que se fabrican para otras actividades como el fútbol, cuentan con características particulares que, si se usan para el running, pueden aumentar el riesgo de sobrecarga en las articulaciones y generar tanto fatiga muscular, como incomodidad en los pies.
El precio de unos tenis para correr no siempre refleja su calidad, ni mucho menos, su desempeño. Es cierto que las marcas invierten en innovación y materiales para mejorar la experiencia del corredor, pero eso no significa que el modelo más costoso sea el más apropiado para todos.
Como ya se mencionó en el primer mito, cada persona tiene exigencias distintas, entre las que se incluyen la frecuencia de los entrenamientos y los objetivos. De nada sirve comprar una opción premium si no se adapta a tu pie; en cambio, hay pares accesibles con los que es posible obtener buenos resultados.
En lugar de guiarte solo por el precio, verifica que el tenis sea cómodo, que se ajuste a la forma de tu pie, que te dé soporte y que te permita una transición fluida al correr. Por ejemplo, PUMA tiene una enorme variedad de tenis blancos y otros colores en su catálogo de running y lifestyle que vale la pena adquirir por su accesibilidad, rendimiento y estilo.
3. El calzado debe cambiarse después de X kilómetros
Uno de los consejos más repetidos en el mundo del running es que cada par tiene que ser sustituido por uno nuevo luego de 500 u 800 kilómetros, no obstante, el desgaste de los tenis depende de múltiples factores: la técnica de carrera, el tipo de superficie y hasta las condiciones climáticas.
Si bien los materiales tienen una vida útil, no todos los modelos envejecen igual. Algunos pierden su capacidad de amortiguación antes, y otros, mantienen su estructura durante más tiempo. Lo mejor es que no te apegues a un número de kilómetros y le prestes atención a señales como la pérdida de soporte, deformaciones en la suela o molestias al correr.
4. Entre más amortiguación haya, menor será el impacto
Es cierto que la amortiguación es importante, pero depender de ella no garantiza una mejor protección contra lesiones. Un exceso de acolchonamiento puede modificar la forma en que el pie aterriza y alterar la biomecánica de la carrera. Al absorber demasiada energía en cada pisada, el cuerpo corre el riesgo de perder sensibilidad y respuesta.
No elijas un par con la suela más gruesa, hazlo en función de todo el diseño: el soporte en el arco, la estructura del talón y el tipo de espuma utilizada. Los Electrify NITRO™ 4 de PUMA, fabricados con EVA liviana que amortigua el aterrizaje y proporciona estabilidad, así como durabilidad, son un modelo recomendado.
5. Correr descalzo es una gran opción
El movimiento del barefoot running ha ganado popularidad bajo la premisa de que correr descalzo, o con calzado minimalista, es la manera más natural de moverse, ya que nuestros ancestros no usaban tenis y, aun así, eran excelentes corredores. ¿El problema? El cuerpo del ser humano no es el mismo que el de hace miles de años.
Desde pequeños, hemos usado calzado con amortiguación, lo cual nos ha condicionado la forma en que caminamos y corremos. Nuestros pies absorben el impacto, pero eliminar de golpe la protección de los tenis sin una transición correcta podría generar fracturas por estrés o tendinitis por la sobrecarga en músculos y articulaciones.
Además, el tipo de superficies ha cambiado, y correr sobre concreto sin protección expone los pies a impactos repetitivos y lesiones. Lo ideal es, simplemente, elegir un par que permita una buena movilidad del pie sin sacrificar estabilidad y protección.
Si estás pensando en pedir la opinión de un amigo o conocido para comprar tenis de running, asegúrate de que la información que te den no esté basada en creencias desactualizadas. Ahora que has leído esta nota, serás capaz de explorar diferentes modelos con la confianza de que ningún mito se interpondrá en tu camino.
no te pierdas estas noticias