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El Atleti hunde al PSG de Luis Enrique

En otro juego, el Inter aprovechó el descuido de Merino

Por EFE

Noviembre 06, 2024 04:21 p.m.

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Foto: AP

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Cuando ya no quedaba tiempo, cuando el partido parecía destinado al final, en medio del agobio al que estaba siendo sometido el Atlético de Madrid por parte del París Saint-Germain, una contra culminada por Ángel Correa supuso el tanto de la victoria (1-2) que relanza las opciones de los españoles en la Liga de Campeones y deja en una situación comprometida a los de Luis Enrique.

El tanto del argentino, tras el cual ni siquiera se sacó de centro, fue un premio fantástico a la labor defensiva de los de Diego Simeone, que con solo tres disparos a puerta se llevan un premio gordo de la salida más compleja que les quedaba en esa competición.

El triunfo les coloca en zona de clasificación, 13 con seis puntos, y coloca en una posición comprometida a los franceses, con cuatro en el puesto 26 y un durísimo calendario por delante.

El entrenador español, que jornada a jornada ve como su equipo tiene la pólvora mojada en Europa, solo ha ganado tres partidos de los diez disputados en la fase de grupos en las dos temporadas que lleva al frente del PSG.

Un balance que rebaja su crédito y que le obliga a afrontar sin colchón en los cuatro partidos que le restan, contra el Bayern, el Salzburgo, el City y el Stuttgart.

Más fácil lo tienen ahora los rojiblancos, que en su horizonte tienen al Sparta de Praga, el Slovan de Bratislava, el Leverkusen y el Salzburgo.

El tanto de Correa fue providencial para un Atlético que se defendió bien y que logró empatar el tanto inicial de Warren Zaïre-Emery con un gol de Nahuel Correa.

Con eso y con una buena actuación de Jan Oblak aguantaron el chaparrón del PSG, que sigue adolenciendo de un goleador nato y que por segundo partido consecutivo ve como no gana en el Parque de los Príncipes tras haber creado muchas ocasiones.

El 'Cholo' Simeone planteó una batalla defensiva frente al PSG, que quiso el balón, que creó ocasiones, sobre todo en la segunda mitad, pero que como le viene pasando en Europa tiene la pólvora mojada.

No le interesaba el balón al equipo de Simeone, que salió con las líneas bien prietas, una disposición destinada a secar a los de Luis Enrique.

Aceptó el reto el técnico argentino de llevar el duelo por las bandas, con los dos extremos abiertos del PSG a los que los 'colchoneros' respondieron con Javi Galán respaldado por Conor Gallagher frente a Ousmane Dembelé, mientras que en el otro costado frente a Bradley Barcola emergían Nahuel Molina y Giuliano Simeone.

Pero el peso del partido discurrió en el costado derecho del ataque parisiense, con un activo Dembelé que fue el que más peligro llevó al área rival.

El gol llegó en el 14, en un clamoroso error de Lenglet en el área, que dejó el balón franco para que Dembelé pudiera centrar plácidamente a Zeïre-Emery, que marcó con una calma asombrosa ante Oblak.

Pintaba mal el panorama para el Atlético, que veía comprometido su plan defensivo, pero al regalo de Lenlet le siguió cuatro más tarde la contrapartida de la defensa parisina, que encadenó una serie de imprecisiones tras un disparo de Simeone rechazado por Donnarumma que dejaron el esférico en buena situación para que empatara Nahuel Molina.

El empate calmó el choque, el Aleti se echó atrás, dejó la iniciativa al PSG, pero cuidó bien su área, sin que apenas tuviera que lamentar ocasiones del conjunto de Luis Enrique, que se jacta de ser uno de los que más crea.

Salieron del vestuario los rojiblancos con las líneas más adelantadas, dispuestos a llevar el partido al área francesa y el duelo cobró viveza en ambas áreas, porque el PSG encontró más espacios.

Desaparecido en el primer tramo, Barcola se enchufó en el segundo y puso a prueba a Oblak en el 58 y en el 64, pero en ambos casos se encontró con el portero esloveno, que también estuvo atento en el 73 a un buen cabezazo de Marquinhos y en el 77 a una buena internada de Hakimi.

La falta de puntería del PSG volvió a frustrar su esfuerzo ofensivo, mientras el Atlético de Madrid fue reculando, dejando toda la iniciativa a los franceses, aferrándose al punto y fiando sus opciones a un contragolpe.

El peligro merodeó el área de Oblak, Reinildo le sacó el balón a Dembelé y abrió una fase de juego en el que los franceses se lanzaron en tromba y pusieron en aprietos a la defensa atlética, que no se descompuso y mantuvo el tipo, bien respaldada por Oblak.

En medio de la tormenta, cuando la grada más gritaba y el corazón de los rojiblancos contaba los segundos, llegó el milagro de Correa que redime en Europa a los de Simeone.

El Inter aprovecha el descuido de Merino

El Inter de Milán mantuvo este miércoles su condición de invicto en la Liga de Campeones con una victoria pírrica (1-0) y aprovechando el penalti por mano cometido por el español Mikel Merino, condena excesiva para un Arsenal ineficaz en su esfuerzo por derribar el muro italiano en San Siro, especialmente en los minutos finales, en los que no paró de toparse con la defensa 'nerazzurra' para sucumbir por primera vez en Europa esta campaña.

Se dieron cita en el legendario San Siro dos de los equipos más en forma del fútbol europeo. Llegaron al partido invictos, ambos con un empate y dos victorias en el bolsillo. Sin haber encajado gol en las tres primeras jornadas. Y con el recuerdo de su último enfrentamiento oficial, allá por 2003. Un 1-5 histórico, amargo para el Inter y reconfortante para los 'Gunners'.

Fue un duelo intenso, con dominio repartido por momentos y que cualquiera pudo llevarse, pero en el que el Arsenal tuvo más control. El empate, quizá, hubiera sido lo más justo, pero el descuido de Mikel Merino en la primera mitad, un brazo demasiado abierto para defender un centro lateral, acabó siendo suficiente para que los italianos se tomaran su 'vendetta' personal y se mantuvieran invictos en la Liga de Campeones.

Tuvo un comienzo de duelo fulgurante el Inter de Inzaghi, que rotó y dejó en el banquillo a titulares como Acerbi, Bastoni, Dimarco, Thuram o Barella. En apenas 3 minutos asedió al Arsenal con dos ocasiones muy claras. Primero Dumfries, que estrelló un derechazo desde la frontal en el larguero. Y apenas unos segundos después, Calhanoglu probó fortuna desde la distancia y asustó a Raya con un balón que rozó el palo.

Fue superior el Inter en esos primeros compases, pero la siguiente media hora fue del Arsenal. Merino apareció dentro del área con un remate de cabeza que se fue por poco y en el que recibió un golpe de Sommer que el VAR no valoró como penalti. Dio alas esa acción a los de Arteta. Más metidos en el partido, más certeros, controladores en San Siro, especialmente dañino con acciones a balón parado.

Una de las características de este Inter es que resiste bien la presión. Está preparado para sobrevivir a la presión. Lo hizo con oficio en el mejor momento del Arsenal y acabó recibiendo recompensa en el ocaso del primer acto, en el tiempo añadido, cuando un mal centro de Calhanoglu encontró en Taremi una prolongación que acabó impactando en el brazo estirado de Merino. Calhanoglu, que no falla un penalti en competiciones de clubes desde hace 8 años, alargó su espectacular racha engañando a Raya.

El gol aceleró al Arsenal en el segundo tiempo. Apretó el combinado de Arteta, rondó el área y exigió a Sommer. Especialmente en los últimos minutos. Dumfries tuvo que salvar bajo palos un saquee de esquina envenenado. Y Bisseck apareció de la nada, lanzándose en plancha con su cuerpo para taponar el disparo a bocajarro de Havertz.

Los últimos minutos fueron un asedio total de los ingleses. Demasiado centro lateral. El Inter se defendió con autoridad y, con De Vrij y Bisseck imperiales por arriba, esquivó el resurgir del Arsenal para mantenerse, con 10 puntos de 12 posibles, entre los ocho primeros de la tabla, acercándose a los octavos de final de manera directa. El Arsenal, con 7 puntos, se queda décimo segundo.