logo pulso
PSL Logo

Incidentes y Retraso en la Final de la Copa América

Importancia de la seguridad en eventos deportivos

Por AP

Julio 14, 2024 08:53 p.m.

A

MIAMI GARDENS, Florida, EE.UU. (AP) — La final de la Copa América entre Argentina y Colombia arrancó el domingo con un retraso de una hora y 22 minutos debido a incidentes con el ingreso de los aficionados al estadio.

Los hinchas lograron desbordar los portones de seguridad Hard Rock Stadium en las horas previas al encuentro.

Videos difundidos en las redes sociales mostraron a aficionados, la mayoría con los colores amarillo y rojo de la selección colombiana, saltando sobre los accesos en la zona suroeste del estadio en Miami Gardens, Florida, corriendo para no ser alcanzados por la policía y el personal del estadio. Se pudieron escuchar gritos.

Poco después que el argentino Abel Pintos cantó el himno de su país y la colombiana Karol G el de su nación, las inmensas banderas de ambos países y de la copa que estaban en el campo de juego se retiraron y comenzó a rodar la pelota en el juego.

La CONMEBOL informó que "las personas que no cuentan con ´tickets´ (entradas) no podrán ingresar al estadio. Solo aquellos que tengan tickets adquiridos podrán hacer el ingreso una vez que vuelvan a ser habilitados los accesos".

El ente rector del fútbol sudamericano indicó inicialmente que el partido se retrasará 30 minutos y que comenzaría a las 8:30 de la noche local, pero la demora fue de más de una hora y 22 minutos.

El día anterior, el técnico argentino Lionel Scaloni y algunos jugadores de su selección y la de colombia habían manifestado su temor y pedido más seguridad, tras un incidente de los jugadores uruguayos con aficionados de Colombia en la semifinal.

Antes de que se abrieran las puertas del estadio, se pudo ver a un puñado de gente que recibía atención médica y que pedía agua en el calor agobiante en el sur de Florida, que superó los 35 grados centígrados de sensación térmica (95 F).

Al ver que algunas personas intentaban ingresar sin boletos previamente pagados, los policías lograron hacer retroceder a la multitud detrás de los portones negros y cerraron la entrada para que nadie pudiera ingresar adentro, aunque muchos hinchas con boletos ya habían logrado llegar a sus butacas antes de los incidentes.

Un aficionado que se identificó como Claudio, quien vino al partido procedente de la ciudad argentina de Mendoza, contó que tuvo dificultad para respirar cuando la policía intentó controlar el caos.

"¡No pueden organizar un Mundial! ¡Es imposible!", dijo el aficionado.

La policía pareció abrir nuevamente algunas de las puertas brevemente para dejar que un puñado de personas ingresara, mientras la multitud enardecida empujaba los portones en un intento por derribarlos a la fuerza.

A las 8:10 pm, los guardias de seguridad empezaron a dejar a entrar a más fanáticos, pero la conmoción no terminó. Los fanáticos siguieron empujando contra las puertas. Ingresaron y comenzaron a correr en diferentes direcciones. Al parecer no se revisaba si tenían entradas. Algunos fanáticos saltaban para ingresar al estadio.

Cuando las gradas se llenaron, el espectáculo comenzó a la espera de la llegada de los jugadores al campo de juego. Las luces del estadio se encendían y apagaban al compás de la música. La gente levantaba sus celulares con linterna para iluminar.

La estrella colombiana Shakira fue la encargada de entretener a los más de 65.000 fanáticos en un espectáculo que se extendió más allá de los 15 minutos reglamentarios del medio tiempo. En total el entretiempo fue de unos 25 minutos, una extensión inusual que el día anterior había sido criticada por el técnico colombiano Néstor Lorenzo.

Anteriormente la CONMEBOL había sancionado a varios timoneles de seleccionados que habían llegado unos minutos tarde al campo de juego tras el descanso, entre ellos al argentino Lionel Scaloni.

"Hola Miami" dijo Shakira al abrir su show cantando su éxito "Hips Dont Lie".

"Qué noche!", dijo la cantante, que vive en Miami y preguntó donde estaban los argentinos y los colombianos en las gradas. Se apagaron completamente las luces del estadio, para encender las de la tarima, iluminada también por fuegos artificiales.

El departamento de policía del condado de Miami-Dade emitió un comunicado en su cuenta de X diciendo que hubo "varios incidentes" antes de que las puertas del estadio se abrieran.

"Estos incidentes han sido el resultado del comportamiento revoltoso de los aficionados que intentaban acceder al estadio", dijo el comunicado. "Pedimos a todos que sean pacientes y respeten las reglas establecidas por nuestros oficiales y el personal del Hard Rock Stadium. Estamos trabajando activamente con Hard Rock Stadium para garantizar un entorno seguro para todos los asistentes", indicó tras advertir que el "comportamiento revoltoso hará que los ejecuten y/o arresten".

Se esperaba una concurrencia de más de 65.000 aficionados.

La CONMEBOL dijo en su cuenta de X que las personas que tenían entradas no podrían ingresar al estadio y que sólo quienes tuvieran boletos podrían pasar al estacionamiento.

Sin embargo, la AP entrevistó en el estacionamiento a varios fanáticos el domingo que dijeron que no tenían entradas para el juego.

En la carpa de "Los sin entrada" estaba Víctor Cruz, un argentino oriundo de Mendoza vestido con la camiseta azul y amarilla de Boca Juniors.

"No importa si no entramos, en algún lado lo veremos", dijo Cruz, que junto a un grupo de 12 amigos acompañó los partidos de la Albiceleste viajando en una van.

El grupo de "Los sin entrada" no tenía boletos para ingresar al partido de la Final. En los partidos anteriores de Argentina tampoco los compraron por anticipado, pero siempre consiguieron que alguien les regalara o vendiera a un buen precio a último momento.

"Lo único que queremos es ser campeones con la selección y acá aguantamos", dijo Cruz, de 43 años.

Vanina Paolillo, una argentina que llegó desde Buenos Aires, logró entrar al estadio junto a otra de sus amigas. Otras cuatro estaban aún entre la multitud que esperaba que abrieran las puertas.

"Estuvimos más de una hora en la fila", dijo Paolillo, de 30 años, y explicó que la policía les dijo que no podían abrir las puertas porque había fanáticos tratando ingresar sin entradas.

"Era obvio que esto iba a pasar, no hay mucha seguridad, es un descontrol. Un desastre", dijo casi llorando.

Juan Fernando Vélez, quien viajó desde Medellín, Colombia, con su esposa y varios familiares para presenciar la final. Después de una larga espera pudieron ingresar.

"Es el colmo que esto suceda a la entrada de una final", afirmó el hombre de 62 años, visiblemente enfadado. "Es una locura. La CONMEBOL debe aprender".