Warholm se resarce de su derrota en Eugene con una exhibición en Budapest

BUDAPEST (EFE).- El noruego Karsten Warholm se resarció de su derrota el pasado año en Eugene con la victoria en los 400 vallas del Mundial de Budapest, tras completar una carrera perfecta con una suficiencia que le llevó a entrar en meta con varios metros de diferencia sobre sus rivales.

Hace trece meses, en Eugene, Warholm, mermado por problemas musculares, concluyó séptimo la final del Mundial y no pudo revalidar la corona que había logrado en Londres 2017 y Doha 2019 en los 400 vallas.

Para este año se preparó a conciencia estudiando a rivales como Alison dos Santos, que en Eugene ganó y demostró que estaba preparado para entrar en el libro de oro de los campeones, aunque el paso por el quirófano del brasileño el pasado mes de febrero le privó de realizar una buena preparación para llegar a pelear por las medallas en Budapest, quedando quinto en la final.

Con un estadio abarrotado y todo el aforo vendido para sus 35,000 localidades, Warlhom no dio opción a ninguna sorpresa. Lo hizo solo unos minutos después de la decepción de la expedición noruega por la derrota de Jakob Ingebrigtsen en los 1,500, devolviendo la sonrisa a sus compatriotas.

El noruego, de 27 años, celebró su tercer campeonato del mundo al imponerse con un tiempo de 46.89. Segundo fue Kyron McMaster, de las exóticas Islas Vírgenes Británicas, que se coló en el segundo cajón del podio con 47.34 por delante de Rai Benjamin (47.56), que tras la plata de Eugene se volvió a quedar con las ganas de escuchar el himno francés con un metal dorado al cuello.