Autor de bombazos en Austin dijo ser “psicópata”: Legislador

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El supuesto autor de los bombazos en Austin se definió como un “psicópata” en una confesión grabada y dijo no tener remordimiento por las explosiones que dejaron dos personas muertas y aterrorizaron la ciudad, afirmó el sábado un legislador federal.

Los investigadores continúan examinando qué motivó a Mark Anthony Conditt, de 23 años, a cometer los atentados, pero la grabación que dejó en su teléfono celular muestra que era un “individuo enfermo”, señaló el representante Michael McCaul.
“Se refirió a sí mismo como un psicópata. No mostró ningún remordimiento, de hecho se pregunta por qué no sintió remordimiento alguno por lo que hizo”, agregó.
Conditt no mencionó ningún motivo racial en la grabación, pero los investigadores continúan examinando esa posibilidad, según el legislador. Las primeras tres víctimas pertenecían a minorías.
McCaul, ex fiscal federal que preside la Comisión de Seguridad Nacional en la Cámara de Representantes, agradeció en conferencia de prensa a la policía por haber puesto punto final a una oleada de bombazos que había durado tres semanas. El legislador se refirió a la investigación, en la que participaron más de 800 agentes, como un ejemplo de la manera en que las agencias a nivel local, estatal y federal deben trabajar en forma conjunta.
A partir del 2 de marzo, Conditt colocó bombas en distintas partes de Austin en las que dos personas murieron y cuatro quedaron gravemente heridas, según la policía. Comenzó con paquetes explosivos dejados durante la noche afuera de las puertas de unas casas: las víctimas fatales fueron Anthony Stephan House, padre de 39 años, y Draylen Mason, músico de 17 años. Otra víctima, Esperanza Herrera, de 75 años, quedó gravemente herida. Después, Conditt colocó una bomba que se activaría con un cable trampa en una acera y dos jóvenes quedaron heridos. Finalmente, envió dos paquetes bomba vía FedEx y uno estalló e hirió a una empleada en un centro de distribución de la compañía cerca de San Antonio.
Conditt murió al detonar un artefacto explosivo a primeras horas del miércoles cuando agentes de elite SWAT corrieron hacia su vehículo para capturarlo en un suburbio de Austin. Los investigadores descubrieron una grabación de aproximadamente 25 minutos que Conditt hizo en su teléfono celular y en la que presuntamente confiesa los crímenes.
El jefe interino de la policía en Austin, Brian Manley, dijo que el departamento no hará pública la grabación mientras los investigadores examinan los motivos de Conditt y si alguien más está implicado. Destacó que los dos compañeros de cuarto de Conditt fueron interrogados y señaló que más personas serán entrevistadas. Si se difunde la grabación ahora podrían comprometerse futuros juicios si es el caso, aunque no hay nadie arrestado ni acusado, señaló Manley.