EEUU: Sobrevivientes de secuestro narran infierno en México
Una de los dos estadounidenses que sobrevivieron a un mortal secuestro en México el mes pasado dice que vio el video del tiroteo entre narcotraficantes en el que perecieron dos de sus amigos cercanos en el teléfono de uno de los secuestradores.
Un viaje por tierra para una cirugía estética dio un giro fatal el 3 de marzo, cuando Latavia McGee y tres amigos cruzaron hacia una localidad fronteriza mexicana dominada por facciones del poderoso cártel del Golfo, donde fueron baleados y obligados a subir a una camioneta tipo pickup. Mcgee y Eric Williams sobrevivieron, pero Shaeed Woodard y Zindell Brown perdieron la vida. Todos habían crecido juntos en Lake City, Carolina del Sur, una localidad de poco menos de 6 mil personas.
McGee y Williams conversaron sobre la experiencia en una entrevista el martes con Anderson Cooper, de la CNN.
Los sonidos de los disparos y la conmoción del secuestro se escucharon en el teléfono de alguien en la casa donde sujetos del cartel, enmascarados y armados, los habían llevado, recordó McGee. Cuando a ella le confirmaron que el video describía su secuestro, preguntó si podía verlo.
“Sólo comencé a llorar”, dijo McGee en referencia a su reacción al video. “Me dije: ‘nunca regresaré a casa’”.
El enterarse de que el video había sido difundido la hizo sentirse “un poco mejor”, declaró McGee, pero aún no sabía si sus familias ya tenían conocimiento de lo sucedido. De hecho, lo ocurrido sacudió a las familias en ambas Carolinas, las cuales dijeron que se atormentaron durante días a la espera de saber si sus seres queridos habían sobrevivido.
McGee y Williams compartieron detalles tétricos con la CNN sobre sus días cautivos en una zona remota en la costa del Golfo de México. En un momento dado, ambos amigos relataron que los sujetos del cártel intentaron hacer que ambos sostuvieran relaciones sexuales.
Williams, sentado en una silla de ruedas con un dispositivo ortopédico en su pierna izquierda, dijo a la CNN que el cártel los llevó a una clínica después de interrogarlos a punta de pistola. Williams, al que habían baleado en la pierna izquierda, dijo que alguien le cosió la herida en un lugar estrecho.
La desesperación de McGee persistió cuando los miembros del cártel los transportaban vendados de los ojos en camionetas llenas de aparatos para interceptar llamadas de la policía.
“Ellos sabían lo que ocurría. Siempre estaban un paso adelante”, declaró McGee a la CNN. “Me dije: ‘así jamás podrán encontrarnos’”.
La fortuna de los sobrevivientes cambió cuando McGee dijo que se despertaron una noche en un recinto oscuro en una región remota en la costa del Golfo de México. Un hombre que utilizaba la linterna de su celular ingresó y dijo que estaba discutiendo con su jefe para liberarlos después de que “alguien tomó la decisión equivocada”, según McGee.
Ambos sobrevivientes dijeron que el 6 de marzo por la mañana el cártel llevó a los cuatro estadounidenses a una cabaña de madera, donde las autoridades los encontraron después. Williams dijo que estuvo tendido en el piso de una camioneta pickup, oculto debajo de los cadáveres de Woodard y Brown.
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