Familia mexicana seduce con su mole

Familia mexicana seduce con su mole

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Nueva York.- El aroma a chiles, ajonjolí y almendras tostadas se huele desde la calle e inunda un pequeño local de Brooklyn de paredes amarillas donde se producen unos 725 kilos de mole al día.

Este producto emblemático de las cocinas de México es creado por un grupo de madres e hijas de ese país con redecillas blancas que les cubren el pelo mientras trabajan de pie frente a cazuelas enormes, con música ranchera de fondo y la determinación de no parar hasta tener el trabajo listo.

Son las diez de la mañana de un martes cualquiera y Damiana Bravo, la matriarca del clan, pega etiquetas con letras rojas que dicen “Mole Poblano Asunción Corp” en pequeños contenedores de plástico.

Las pequeñas manos de esta mujer dominan técnicas casi artesanales. El mole es una salsa tan compleja que incluso los mismos mexicanos batallan para prepararla en su país: es el secreto de una abuela; el plato más esperado en una fiesta de cumpleaños.

“Hay mucho que hacer”, murmura la abuela de casi 80 años con una sonrisa cuando se le pregunta por qué trabaja aún.

Se nota que el trabajo le da vida. Empezar a cocinar mole en Nueva York hace más de cuatro décadas le dio un dinero extra que fue muy útil para sobrevivir en esta ciudad.