Impacto del rechazo del presidente de Kenia al proyecto de ley
Manifestantes asaltan Parlamento en Kenia y generan caos
NAIROBI, Kenia (AP) — El presidente de Kenia, William Ruto, dijo el miércoles que no aprobará un proyecto de ley financiera que propone nuevos impuestos, un día después de que un grupo de manifestantes tomaran por asalto el Parlamento, y varias personas murieran debido a los disparos. Este ha sido el mayor ataque al gobierno keniano en décadas.
El gobierno deseaba recaudar fondos para liquidar su deuda, pero los kenianos dicen que el proyecto de ley provocaría un mayor sufrimiento económico a millones de personas que luchan por salir adelante. El caos del martes hizo que el gobierno desplegara al ejército, y Ruto calificó a los actos de los manifestantes como "traición".
El presidente dice ahora que el proyecto de ley provocó "una insatisfacción generalizada" y que ha escuchado al pueblo y ha "cedido". Este es un grave revés para Ruto, que asumió el poder prometiendo ayudar a los kenianos a enfrentar los altos precios, pero ha visto cómo gran parte de su país se une en oposición a su más reciente intento de reforma.
"Es necesario que tengamos una conversación, como nación, sobre cómo manejar juntos los asuntos del país", dijo el presidente.
Los kenianos enfrentaron el olor acre de los gases y al ejército en las calles un día después de que los manifestantes irrumpieran en el parlamento, un acto desafiante que Ruto calificó como una amenaza "existencial". Al menos 22 personas murieron, de acuerdo con un grupo defensor de los derechos humanos.
Ruto reconoció las muertes, calificando al hecho como "una situación desafortunada", y ofreció sus condolencias.
En el pasado, se han producido protestas en Nairobi, la capital del país, pero activistas y otras personas advierten que los riesgos ahora son mayores. El martes, Ruto prometió sofocar el descontento "a cualquier costo", aun cuando se convocaron más protestas para el jueves frente al edificio de Cámara. Elementos del ejército patrullaban junto con la policía, que fue acusada de matar a tiros a varias personas el martes.
Los kenianos se unieron bajo divisiones tribales y de otro tipo en un esfuerzo, encabezado por jóvenes, para evitar que el proyecto de ley financiera fuera aprobado. Dicho proyecto habría elevado los impuestos y los precios de distintos productos y servicios de uso diario, desde la importación de huevos hasta las transferencias bancarias. El gobierno deseaba obtener los ingresos para liquidar la deuda del país, que es el centro económico de África oriental.
No se reportaron hechos violentos el miércoles, pero había miedo. Grupos de la sociedad civil han reportado secuestros de personas que participaron en las recientes protestas, y esperaban que se produjeran más.
"Enfrentamos un fenómeno nuevo, y a un grupo de personas que no es predecible. Si hubieran sido manifestaciones normales, yo diría que se esfumarían con el tiempo, pero no sabemos si esas personas le temerán al ejército", dijo Herman Manyora, analista y catedrático de la Universidad de Nairobi.
Señaló que el presidente de Kenia perdió una oportunidad el martes, en su discurso a la nación, para calmar las tensiones y adoptar un enfoque más conciliador.
Al menos 22 personas murieron, dijo la Comisión Nacional de Derechos Humanos de Kenia. La presidenta de la comisión, Roseline Odede, indicó que además 300 personas resultaron heridas y 50 fueron arrestadas.
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