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Imponen al UCA con nombre de un héroe sandinista

Gobierno nicaragüense crea la Universidad Nacional

Por AP

Agosto 18, 2023 03:00 a.m.

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Ciudad de México.- El gobierno de Nicaragua confirmó el jueves el cierre de la jesuita Universidad Centroamericana y anunció que en sus instalaciones, confiscadas por el Estado, funcionará una nueva universidad bautizada como Casimiro Sotelo Montenegro, un guerrillero sandinista muerto en 1967.

El portal gubernamental El 19 Digital publicó una resolución del Consejo Nacional de Universidades (CNU), ente regulador de la educación superior, que dispuso en una sesión el mismo jueves “ cancelar la autorización de funcionamiento” de la UCA.

El CNU señaló que para “garantizar la continuidad educativa” de los alumnos de la UCA (unos 8.000 según cifras de organizaciones estudiantiles), “aprobó la creación de la Universidad Nacional Casimiro Sotelo Montenegro” que funcionará en ese mismo lugar.

Casimiro Sotelo fue un guerrillero del gobernante Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) que murió asesinado por un coronel de la guardia somocista en 1967. Tenía 24 años y luchaba contra la dictadura de Anastasio Somoza, derrocado por la revolución de 1979. El ente educativo también nombró a las autoridades de la nueva universidad, entre ellas, a Alejandro Enrique Genet como rector, a Luz Marina Ortiz Narváez, vicerrectora, y a Moisés Palacios, secretario general, indicó el comunicado.

Las autoridades de la universidad anunciaron el miércoles la confiscación de todos sus bienes inmuebles y activos por parte del gobierno de Daniel Ortega, que los acusó de haber funcionado “como un centro de terrorismo”.

La UCA fue uno de los focos de las protestas estudiantiles que estallaron en abril de 2018 y en más de una ocasión abrió sus puertas para permitir que manifestantes civiles que huían de las balas de la policía se refugiaran en sus instalaciones.

Daniel Ortega aplastó la rebelión social de 2018 con fuerzas policiales y paramilitares fuertemente armados, y acusó a la oposición y a los líderes estudiantiles, así como a los obispos católicos, de participar en un fallido golpe de Estado para derrocarlo.