Junta militar sudanesa tiende la mano a la oposición, que acepta el diálogo

Junta militar sudanesa tiende la mano a la oposición, que acepta el diálogo

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JARTUM, Sudán (EFE).- El nuevo jefe de la junta militar de Sudán, Abdelfatah al Burhan, ha tendido la mano a la oposición y a los manifestantes al ofrecer diálogo y levantar el toque de queda, dos días después del derrocamiento del presidente Omar al Bashir a manos del Ejército.

La designación anoche de Al Burhan, después de que su antecesor Awan bin Auf dimitiera tan sólo veinticuatro horas después de asumir el cargo, ha abierto la puerta al diálogo con la oposición, que no rechaza al general, considerado más próximo a las demandas de la calle.

En su primera aparición tras jurar el cargo, Al Burhan leyó este sábado una declaración en la televisión estatal sudanesa en la que anunció el fin del toque de queda que impuso el Ejército hace dos días, entre las 22.00 y las 04.00 hora local (20.00-02.00 GMT).

También ordenó la liberación de todos los detenidos en los pasados cuatro meses de protestas, incluidos los que ya han sido juzgados por la ley de emergencia, decretada por Al Bashir a finales de febrero para frenar la ola de protestas contra él. 

Con tono conciliador, Al Burhan hizo "una invitación abierta al diálogo a todos los componentes de la sociedad sudanesa, sus partidos y la sociedad civil" para llegar a un consenso sobre los próximos pasos a dar, aunque indicó que la etapa transitoria durará dos años.

La principal coalición de grupos y partidos opositores, Fuerzas de la Libertad y el Cambio, aceptó esa invitación rápidamente, con el objetivo de abordar "la transición a una autoridad civil que logre todas las demandas (...) de la revolución sudanesa", como explicó en un comunicado. 

La alianza, creada el pasado mes de enero en el marco de las protestas antigubernamentales que comenzaron el 19 de diciembre, ha designado a diez representantes para esas conversaciones, entre los que destacan Mariam Sadeq al Mahdi, vicepresidenta del partido islamista Al Umma e hija del líder opositor Sadeq al Mahdi, y el dirigente del opositor Partido de la Conferencia Sudanesa, Omar al Daquir.

También figura el portavoz de la Asociación de Profesionales Sudaneses, Mohamed Nayi al Asam, cuya agrupación de sindicatos opositores ha estado en la primera línea de las movilizaciones desde su inicio.

Según las Fuerzas de la Libertad y el Cambio, la primera reunión con la junta militar se iba a celebrar hoy mismo, pero de momento se desconocen los resultados de esas primeras negociaciones.

Por su parte, el Partido del Congreso Nacional, que gobernó Sudán encabezado por Al Bashir, ha mostrado su deseo de participar en el proceso de transición y ha pedido que no se excluya a ninguna fuerza política ni individuo.

En una nota con la que ha roto el silencio que guardaba desde el jueves, la formación ha solicitado que se lleve a cabo un "proceso de acuerdo político sobre el futuro del país sin aislar a nadie" y ha pedido la puesta en libertad "inmediata" de todos los líderes y miembros del partido detenidos en las últimas 48 horas.

También ha advertido de que "el paso dado por el Consejo Militar atrasará una transición fluida y ralentizará el traspaso pacífico del poder" y ha calificado el derrocamiento de Al Bashir a manos de los militares de "violación de la legitimidad constitucional".

Además, hoy otra figura destacada del régimen de Al Bashir ha dimitido: el jefe del aparato de Seguridad e Inteligencia, Saleh Abdalá Qush, que había supervisado la represión de las manifestaciones y los arrestos de activistas y líderes opositores, que pedían ahora su cabeza.

De momento, el número dos de esos servicios, Yalaladín al Sheij, asumirá el cargo en funciones hasta que se designe un nuevo jefe de este poderoso aparato, cuyo destino en la transición no está claro. 

Al mismo tiempo, las Fuerzas de Apoyo Rápido del Ejército han sugerido una hoja de ruta con una etapa de transición de seis meses de duración y la convivencia entre un consejo militar y uno civil, pero la propuesta ha caído en saco roto.