A-AA+
El nuevo administrador apostólico de Santiago, Celestino Aós, quien recién asumió su cargo en reemplazo del renunciante Ricardo Ezzatti, negó de manera absoluta el encubrimiento de un caso de abuso sexual en el seno de la Iglesia en la localidad chilena de Valparaíso.
En conversación con El Diario de Cooperativa, Aós negó "absolutamente haber encubierto" al sacerdote Jaime da Fonseca, dimitido en 2018 de su estado clerical, como lo acusó el exseminarista Mauricio Pulgar, quien dijo que el prelado le impidió presentar pruebas o testigos sobre sus acusaciones en 2012.
Pulgar aseguró que Aós, quien fue el encargado de investigar el caso mientras se encontraba en Valparaíso, encubrió a dos sacerdotes a los que denunció, "y uno de ellos fue Jaime da Fonseca, y eso le permitió seguir abusando por seis años más".
Aós negó "absolutamente haber encubierto", y precisó que en esa investigación "mi papel era el de promotor de justicia", que "en aquel entonces tenía una delimitación bien marcada de funciones, yo las cumplí como mejor creí y el promotor de justicia no es el que tomaba las sentencias".
Aós remarcó que "uno actúa en el momento por lo que tiene delante, si después se añaden otros datos podrá cambiar", y admitió que "sería una torpeza hoy actuar como se actuó entonces", ya que tanto la Iglesia como la sociedad "ha ido aprendiendo de los casos y hemos ido aprendiendo desde los avances que la misma psicología, la psiquiatría y la sociología han ido obteniendo".
El religioso apuntó que "las ciencias avanzan y la justicia se vale de esas ciencias auxiliares. Hoy, si hay un tribunal que actuara con los criterios de hace 20 años, a lo menos en estas circunstancias del estudio de la personalidad, sería como absurdo".
Sin embargo, reiteró que "ni el psicólogo, ni el psiquiatra ni el sociólogo (son) quien va a dictar la sentencia".
Al serle preguntado si se reunirá con las víctimas de abusos sexuales de la Arquidiócesis de Santiago, Aós respondió: "yo me ocupo y me preocupo de las personas que sufren, porque fueron vulnerados sus derechos en algo que es absolutamente injustificable e intolerable".
"Nosotros ahí no tenemos ninguna justificación ni ningún paño caliente que poner. Los abusos son absolutamente intolerables y yo trataré de acoger y de conversar con las víctimas para ver en qué les podemos ayudar y también para ver en qué nos pueden ayudar ellos a nosotros", expresó.