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Pedalear con una pierna: paraciclismo palestino para trascender las barreras de Gaza

Por EFE

Agosto 15, 2023 01:23 p.m.

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  En una de las vías que recorre los apenas 41 kilómetros de Gaza de norte a sur, Alaa Dali y Mohamed Abu Asfour, palestinos con una pierna amputada por disparos del Ejército israelí en las Marchas del Retorno de 2018, toman su bicicleta con la meta de competir mundialmente, un modo de trascender su discapacidad y las barreras impuestas sobre la Franja a través del paraciclismo. 

Dali y Abu Asfour -de 26 y 23 años- son miembros del equipo Gaza Sunbirds, formado por siete jóvenes palestinos que se quedaron sin una pierna hace unos cinco años, y que ahora buscan reafirmar sus vidas como paraciclistas pese a las dificultades de ser atleta en una Gaza bloqueada por tierra, mar y aire por Israel y donde incluso es complicado obtener el material más básico para sus bicicletas. 

"Mi sueño es representar a Palestina en el mundo", y pese a los obstáculos que supone, esta es la determinación del grupo, cuenta a EFE Dali, fundador y líder de Gaza Sunbirds, desde su casa en el campo de refugiados de Rafah, localidad en el sur de la Franja donde sus entrenamientos en bici son parte del paisaje habitual desde hace años. 

DE AMPUTACIÓN A LA BICICLETA 

Tanto Dali como el resto de sus compañeros participaron entre 2018 y 2019 en las marchas semanales ante la valla de separación con Israel, en las que miles de palestinos pidieron el fin del bloqueo sobre la Franja en una movilizaciones sostenidas que dejaron un alto coste humano: el Ejército israelí mató a 223 manifestantes y dejó a más de 7.000 heridos por munición real, según datos de Naciones Unidas. 

156 lesionados sufrieron amputaciones en sus extremidades. Dali, Abu Asfour y los otros miembros de su equipo fueron parte de ellos. 

Pero pese al dolor, la larga rehabilitación y las complicaciones físicas recurrentes de su amputación, los integrantes del Gaza Sunbirds -fundado en 2020- no se rinden ante su discapacidad o el bloqueo de Gaza, un lugar aislado del mundo en el que acceder a piezas de bici como neumáticos, frenos o manillares es todo un reto. Ante ello, buscan seguir adelante con apoyo de grupos de la diáspora palestina en Reino Unido y entidades británicas y de Italia. 

TRABAS PARA DEPORTISTAS 

Para ciclistas o deportistas de cualquier ámbito que aspiran a la profesionalidad, esta limitación hace que el desafío sea aún mayor, a lo que se añaden otras trabas como las restricciones de movimiento que a menudo les impiden salir a entrenar o competir al exterior. 

Sus vías inmediatas de salida también son pocas: Israel -que rodea Gaza en la mayoría de su perímetro- no suele dar acceso a gran parte de la ciudadanía de Gaza, y los que logran permiso para entrar a su territorio entre los más de 2,3 millones de gazatíes son minoría. 

Ante ello, a muchos palestinos de la Franja solo les queda viajar a través del otro país fronterizo, Egipto, en un proceso complicado y más bien largo hasta El Cairo que es costoso y puede llevar días. Esta es también la realidad para los deportistas de Gaza, aunque los hay que incluso no han logrado salir de la Franja en toda su vida. 

Este es el caso de Dali, que según comenta a EFE, intentó salir para entrenar al extranjero -incluso con invitación oficial de la Unión Ciclista Internacional en Suiza- y sus peticiones de visado a varios países de Europa "fueron rechazadas hasta siete veces". 

CARRERA TRUNCADA 

Dali era ciclista profesional y en agosto de 2018 iba a estrenarse en los Juegos Asiáticos de Yakarta, pero la amputación sufrida tras recibir el disparo israelí pocos meses antes le truncó la carrera. 

El día que fue herido en la protesta vestía de ciclista e iba con su bici para reclamar mayor libertad de movimiento. Según denuncia, un francotirador israelí le disparó "pese a no hacer nada", cuando observaba la manifestación a 300 metros de la valla de separación, algo que concretó también un informe de la ONU sobre su caso. La bala le destrozó la pierna derecha, y aunque intentó salvarla, la única solución acabó siendo una amputación que le cambió la vida. 

Dali no dudó en seguir sobre la bici y continuó su pugna desde el paraciclismo, aunque el aislamiento le limita: Gaza es un territorio costero llano, además de una ratonera de espacio reducido donde solo puede entrenar entre tráfico y asfalto hasta toparse con muros. 

Este ciclista nunca pedaleó en pendientes, no experimentó un descenso o ascenso entre montañas, ni una carretera de curvas en una sierra. Tampoco circuló en un velódromo, inexistente en Gaza, ante lo que ahora su lucha está en superar las barreras de la Franja con su equipo para entrenar en mejores condiciones fuera y prepararse para competiciones que incluso les hagan optar a los Juegos Paralímpicos. 

"Espero ser campeón y levantar un día la bandera palestina en torneos internacionales", declara Dali, optimista pese a todo.