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Seúl, Corea del Sur.- Escuelas cerradas, iglesias que piden a los feligreses que no acudan, reuniones masivas canceladas: aumentó bruscamente el viernes la incidencia del nuevo virus en Corea del Sur, un nuevo frente en una epidemia que se propaga por el mundo.
Dos personas han muerto y 204 estaban infectadas por el virus, el cuádruple de los casos registrados dos días antes a medida que la crisis centrada en China empieza a repercutir con fuerza en otras partes.
El brusco aumento de los contagios en el país pone de manifiesto la facilidad con que se puede propagar la enfermedad.
Aunque los primeros contagios provenían de China, los más recientes no tienen relación con viajes internacionales.
La Organización Mundial de la Salud advirtió que la aparición de casos no relacionados directamente con viajeros desde China indica que podría agotarse el tiempo para contener la epidemia.
“La ventana de oportunidad aún existe. Pero la ventana de oportunidad se está estrechando”, dijo el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus. “Debemos actuar rápidamente antes de que se cierre del todo”.
El gobierno central decretó el viernes una “zona administrativa especial” en torno de Daegu que no limita el desplazamiento de la gente ni reemplaza a las autoridades locales, pero sirve como reconocimiento oficial del problema.
La mayoría de los casos están vinculados con un solo templo, el de la Iglesia de Jesús Shincheonji, donde una mujer sexagenaria asistió a dos oficios antes de dar positivo por el virus.
Un millar de personas que asistieron a los mismos oficios están en cuarentena en sus casas.
Por otra parte un italiano de 78 años es el primer fallecido en este país por el coronavirus, después de que este viernes se confirmase que existen 17 casos más de contagio con respecto a los otros tres que se conocían.
Por lo menos 18 estadounidenses que regresaron a sus hogares después de estar en cuarentena en un crucero están infectados.