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MARACAIBO.- Los residentes de Maracaibo, una ciudad conocida en su día como la Arabia Saudí de Venezuela por su vasta riqueza petrolera, hacen ahora fila para comprar carne podrida. Los refrigeradores fallan por los cortes de electricidad que sufren desde hace nueve meses y que recientemente fueron a peor.
Algunos caen enfermos por tomar la carne estropeada, que se vende a precios muy bajos y es la única forma de poder comprar proteína ante la profunda crisis que vive el país.
“Huele un poquito mal, pero eso se lava con un poquito de vinagre y limón”, dijo Yeudis Luna, padre de tres niños que compra cortes echados a perder en una carnicería en la segunda ciudad del país.
Los venezolanos soportan la peor crisis económica en la historia de la nación. Los servicios básicos como el agua corriente y la electricidad se han convertido en lujos.
Durante los últimos nueve meses, los residentes de Maracaibo sufrieron apagones escalonados, pero la situación se complicó el 10 de agosto, cuando un incendio destruyó una de las líneas principales que abastecían a los 1,5 millones de habitantes de la ciudad.
Las unidades de refrigeración dejaron de funcionar y la carne comenzó a echarse a perder. Al menos cuatro carnicerías han estado vendiendo productos en mal estado en Las Pulgas, el mercado central de Maracaibo.
Algunos caen enfermos por tomar la carne estropeada, que se vende a precios muy bajos y es la única forma de poder comprar proteína ante la profunda crisis que vive el país.
“Huele un poquito mal, pero eso se lava con un poquito de vinagre y limón”, dijo Yeudis Luna, padre de tres niños que compra cortes echados a perder en una carnicería en la segunda ciudad del país.
Los venezolanos soportan la peor crisis económica en la historia de la nación. Los servicios básicos como el agua corriente y la electricidad se han convertido en lujos.
Durante los últimos nueve meses, los residentes de Maracaibo sufrieron apagones escalonados, pero la situación se complicó el 10 de agosto, cuando un incendio destruyó una de las líneas principales que abastecían a los 1,5 millones de habitantes de la ciudad.
Las unidades de refrigeración dejaron de funcionar y la carne comenzó a echarse a perder. Al menos cuatro carnicerías han estado vendiendo productos en mal estado en Las Pulgas, el mercado central de Maracaibo.