Voluntarios ucranianos apuestan por producir drones FPV, más baratos y certeros
Foto: EFE
ODESA, Ucrania.- Voluntarios ucranianos se apresuran a incrementar la producción de drones First Person View (FPV), cada vez más relevantes en el campo de batalla, al tiempo que aumenta la preocupación por el suministro de componentes desde China mientras Rusia quiere dominar la guerra con esos dispositivos.
La fundación “Wave’91”, con sede en Odesa, siempre ha aspirado a obtener el mayor rendimiento de unos recursos limitados, dice a EFE su co-fundadora Kateryna Novachuk.
Delante de ella se encuentra un dron de mediano tamaño, que puede ser sostenido con una mano, mientras que las paredes están cubiertas con las banderas de las unidades militares con las que coopera la fundación.
Desde el inicio de la invasión rusa, el equipo de Novachuk ha empleado su experiencia con la logística internacional para ayudar a cubrir las necesidades del creciente ejército del país atacado.
"Va desde chalecos antibalas a drones civiles. Ahora mismo nos centramos en la producción de drones FPV, ya que tienen mucho valor añadido en el campo de batalla", explica Novachuk.
En comparación con los drones civiles comerciales, frecuentemente empleados por los soldados para labores de reconocimiento y para dejar caer explosivos sobre el enemigo, los FPV son diez veces más baratos cuando se producen en Ucrania y son más certeros para alcanzar objetivos, con unas tasas de éxito generales del 30 %.
Con un coste de producción de entre 275 y 320 euros, estos drones disponen de una autonomía de vuelo de seis kilómetros y pueden transportar hasta 1-1,5 kilos de explosivos.
Generalmente estallan en el momento del impacto y pueden destruir o dañar una amplia gama de equipos militares, así como a los soldados enemigos.
"Recientemente, nuestro dron fue capaz de destruir un valioso sistema de vigilancia ruso Murom-M que seguía el movimiento de nuestras tropas. El dron no solo logró causar daños por valor de medio millón de euros, sino que también salvó vidas ucranianas", explicó Novachuk.
Los drones comerciales como los DJI Mavic son deshabilitados cada vez con mayor frecuencia por los medios de guerra electrónicos de los rusos y son cada vez más difíciles de hallar en el mercado, un contexto en el que los drones FPV aportan un "rédito" mucho mayor en relación a los menguantes recursos ucranianos, agregó.
Los FPV son más difíciles de controlar, ya que los pilotos usan gafas especiales para guiar en tiempo real a los drones, que pueden alcanzar velocidades de 170 kilómetros por hora, y la fundación ofrece cursos de entrenamiento de dos semanas de duración para los nuevos pilotos, en gran demanda.
Financiada por donativos de particulares y empresas, la producción de drones FPV de "Wave'91" ha pasado de un centenar al mes el pasado otoño a entre 2.000 y 3.000, mientras que la producción total en Ucrania asciende a unos 10.000 mensuales, repartida en pequeñas plantas para limitar riesgos.
Para Novachuk, sería necesario producir 50.000 al mes y espera que el estado ucraniano adopte "un papel más activo", mientras que la fundación ya está cooperando con el Ministerio de Defensa.
El mayor riesgo procede del impredecible suministro de componentes procedentes de China. Aunque algunas piezas se fabrican en Ucrania, no hay manera de reemplazar ciertos componentes chinos en términos de rapidez y coste.
No obstante, el país asiático ha introducido recientemente nuevos límites a sus exportaciones.
"Si China bloquea todas sus exportaciones, entonces no estoy segura de que podamos durar mucho tiempo", advierte Novachuk, que cree que los diplomáticos ucranianos deberían trabajar con Pekín para evitar un veto completo.
Ucrania también se enfrenta a la dificultar de disponer de menores recursos para la logística de las importaciones desde China, mientras que Rusia comparte frontera y puede ofrecer "sacos de efectivo".
Aunque Moscú inicialmente iba a la zaga en el uso bélico de drones, ahora está produciendo máquinas similares en grandes cantidades, agrega Novachuk.
No obstante, remarca que la producción de drones FPV ilustra la capacidad de Ucrania de innovar y cambiar el curso de la guerra -en el que la tecnología desempeña un papel cada vez más importante- frente al mucho mayor "imperio ruso".
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