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Monterrey, NL.- La refinería Ing. Héctor R. Lara Sosa, de Cadereyta, Nuevo León, cumple este 18 de marzo 40 años de entrar en operación. Esta planta nació como una esperanza para mejorar las condiciones de vida de muchos habitantes de la región y para el gobierno federal era un emblemático proyecto que garantizaría el abastecimiento de combustibles para el norte del país.
Sin embargo, el saldo no ha sido tan positivo, ya que la ineficiencia y corrupción han afectado su funcionamiento a tal grado que hoy produce menos que hace 20 años, a pesar de las millonarias inversiones, además de que los daños ambientales y la inseguridad han sido la constante para las comunidades campesinas y habitantes de este municipio.
Desde 1979, la producción de estas instalaciones de Petróleos Mexicanos abastece de combustibles a los estados de Nuevo León, Coahuila y Chihuahua, y parcialmente a Durango, San Luis Potosí, Tamaulipas y Zacatecas.
En el año 1997, Pemex inició un proceso de reconfiguración de la refinería de Cadereyta que implicó una inversión superior a los 2 mil 300 millones de dólares aplicados a lo largo de 10 años. La planta llegó a 75% de su capacidad al iniciar el proceso, pero la producción decayó. La refinería fue diseñada para procesar 265 mil barriles diarios de petróleo, pero debido a problemas de mantenimiento hoy sólo procesa 115 mil —43.3% de su capacidad—.