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Ceci Patricia, la madre que busca a los hijos desaparecidos del país

Por El Universal

Febrero 02, 2022 10:36 a.m.

Ceci Patricia Flores Armenta sólo tiene miedo a morir antes de encontrar a sus hijos; su amor de madre la ha llevado no solo a buscar respuestas de los jefes de los cárteles y del gobierno, sino también tiene el coraje para renegarle a Dios, a San Judas y a la Virgen; quiere a sus dos hijos de regreso en casa.


Se convirtió en madre buscadora cuando hombres armados se llevaron a su hijo Alejandro, de 21 años, el 30 de octubre del 2015, en Los Mochis, Sinaloa. Ahí terminó su vida de felicidad.
Cuatro años después, la madrugada del 4 de mayo del 2019, hombres armados se llevaron a otros dos de sus hijos, Marco Antonio, de 31 años, y Jesús Adrián, de 15. Días después, sicarios le regresaron a su hijo menor con vida.
La desaparición de los dos jóvenes motivó la creación del colectivo Madres Buscadoras de Sonora, que bajo su liderazgo ha encontrado más de 630 personas desaparecidas en fosas clandestinas, expuestas y un sinnúmero de restos humanos calcinados.
La fuerza de esta mujer, de 48 años de edad, nacida en Baja California y criada en Sinaloa, brota desde su amor de madre que la empuja a buscar a sus hijos entre montañas de tierra y no claudica en el intento, a pesar de que ha llorado a mares.
Uno de los pasajes más difíciles pero también esperanzadores, lo vivió en febrero del 2021, cuando tras una llamada anónima encontró un cuerpo decapitado con pertenencias de su hijo; las pruebas de ADN le confirmaron que no era. Volvió a clavarse en el fondo de su dolor.
El 24 de noviembre pasado, en el marco de la #3ª. Brigada Estatal de Búsqueda, junto con el colectivo hermano Todos Somos Erick, de Baja California, recibió un reporte sobre dónde podría estar su hijo.
En la carretera 20 Sur Final, en un camino de terracería, hacia el Oriente, en el Poblado Miguel Alemán, Costa de Hermosillo. En el lugar hallaron 23 fosas clandestinas, la Fiscalía General de Justicia del Estado (FGJE) reportó 25 cuerpos, algunos calcinados, y otros restos óseos. Ella asegura que son más de 50.
Y pese a que han pasado más de dos meses, las integrantes del colectivo aún no reciben los resultados de las comparativas genéticas, y la zozobra de Ceci Patricia continúa.
Los numerosos hallazgos no van a la par con la coordinación gubernamental que la líder del colectivo anhela. Existe un gran rezago en las comparativas genéticas, el acompañamiento policial en el campo de búsqueda y no hay quien les ayude a suplir las mínimas necesidades, no obstante, la voluntad es inquebrantable.
Su activismo ha traspasado fronteras; junto con Adi Carrillo, dirigente del colectivo SOS (Save Our Souls) Rescate y Búsqueda de Arizona han logrado localizar a 200 personas vivas en el gran desierto entre Sonora y Arizona.
La contactan de centro y Sudamérica para que les ayude a buscar a familiares desaparecidos en su camino a Estados Unidos. Tienen más de 2 mil fichas de migrantes desaparecidos.
DE CARA A LAS AUTORIDADES
Su mayor reclamo es que, hasta el momento, la Fiscalía del Estado no ha integrado ninguna investigación a la carpeta de su hijo Marco Antonio, y todo lo que está en ella ha sido su propia contribución.
Dice que desde que denunció la desaparición de su hijo sintió que no iba a recibir apoyo de parte de las autoridades y se convirtió en una madre buscadora.
Ha tenido roces con la fiscal Claudia Indira Contreras Córdova, por la lentitud con la que avanzan las investigaciones, además de que percibe que su labor de búsqueda es minimizada.
"Si la Fiscalía en lugar de ponerse en nuestra contra se pusiera a disposición, hiciera una mesa de trabajo con nosotras y nos coordináramos, tuviéramos muchos logros, pero nos trata como si siempre estuviéramos de pleito".
Al titular de la Comisión Estatal de Búsqueda de Personas, José Luis González Olivarría, reprocha la falta de empatía con el colectivo, pues ni con todo el presupuesto que maneja ni una botella de agua y un sobre de suero les ha proporcionado.
"El comisionado me dijo: ‘retírate y vas a ver que trabajo’. ¿Cómo puede él, como máxima autoridad de búsqueda pedirle a una madre que se retire para hacer su trabajo?, ¿por qué me tengo que retirar para que haga su trabajo?", se cuestiona.
"¿Y sabes cuál es el problema"? — pregunta y a la vez responde— "que nosotras, un puño de mujeres del monte, le ponemos el ejemplo a todas las autoridades porque nosotras evidenciamos a las malas autoridades.
"Nosotros caminamos sobre un panteón clandestino que estaba oculto, lo destapamos, no querían que hubiéramos buscado".
"El estado tiene toda la tecnología y no colabora en nada, el comisionado compró una máquina forense, camionetas, un camión móvil para sacar pruebas de ADN, y tantas familias sin hacerse la prueba, no la usa, o solo está maquillando millones de pesos".
Las adversidades
Tras el asesinato de la integrante del colectivo Gladys Aranza Ramos Gurrola, ocurrido el 15 de julio del 2021, quien había recibido amenazas de muerte para que dejara de buscar a su esposo, Ceci Patricia recibió un mensaje de sentencia: "sigue usted".
Y volvió a recibir amagos, si continuaba con las búsquedas de desaparecidos. por esa razón fue acogida por el Mecanismo de Protección para Personas Defensoras de los Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación por amenazas de muerte, desde el pasado 28 de julio del 2021.
Interpuso una denuncia ante la Fiscalía del Estado y proporcionó el número de celular de donde la estaban amedrentando y los mensajes que le llegaron por redes sociales, pero las investigaciones no han prosperado.
A inicios de 2022, hizo un video llamado a los jefes de los carteles para pedirles permiso para realizar búsquedas de personas desaparecidas "porque ya nos dimos cuenta quien manda y en manos de quien estamos".
A consecuencia de ello, el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, instruyó al subsecretario de gobernación, Alejandro Encinas, a atenderla. A él le pidió que haga lo necesario para que pueda regresar a Sonora.
"No quiero ser una mantenida del gobierno, el lugar donde estoy es muy lujoso, pero no es lo que yo quiero, lo que yo necesito del gobierno es que me ayude a recuperar mis hijos. Yo no me quiero morir en la lucha, si encuentro mis hijos y me matan, pues ni modo, va a valer la pena porque voy a recuperar lo que es mío.
"El gobierno tiene toda la tecnología y las herramientas para investigar de dónde salieron las amenazas que llevaron a mi desplazamiento. No ocupo lujos, necesito regresar al monte".
Pero sí tuvo respuesta: "Me hablo una ‘persona’ y me dijo que yo no me cuidara de los cárteles, que me cuidara del gobierno que porque nosotras, si perjudicamos a alguien, es al gobierno porque poníamos en evidencia la ineptitud".
"Ellos (los cárteles) nos respetan porque no les hacemos daño. Aparte me dijo la persona que me habló que nosotras, las Madres Buscadoras, éramos la única esperanza de que el día que el desapareciera su mamá lo buscara".
El hombre le aseguró que ellos no van amenazando a nadie, "no tengo nada en contra de usted, ni de alguna madre buscadora".
Ceci Patricia le preguntó si sabía algo de su hijo Marco Antonio y le contestó que no, si lo supiera se lo diría porque la ve sufrir.
En la "narco mira"
Su lucha no tiene fin, a pesar de que sufrió la experiencia de ser encañonada en una búsqueda.
"Si me matas, verás mi cara en el rostro de tu madre", fueron las palabras con las que Ceci Patricia sorprendió al sicario y que le salvaron la vida.
Eso sucedió la mañana del 23 de octubre de 2019, en el camino que conduce a "La Ostionera 2", de Puerto Peñasco, Sonora.
Las Madres Buscadoras estaban acompañadas del grupo de búsqueda Armadillos de Arizona, a quienes mostraban siete fosas con restos humanos que habían localizado.
Ceci Patricia fue interrogada por los hombres armados y le exigieron que "no venga a calentarnos el terreno".
"Madre, aquí (en las ostioneras) solo hay gente mala, ningún inocente", le confió el gatillero.
A pesar de las amenazas realizaron el mayor hallazgo que han tenido a la fecha, fueron 58 cuerpos enterrados.
"Yo no concibo esta vida sin mis hijos, yo necesito seguir en el camino, en el monte, buscando y encontrando para poder respirar, para poder sentir, porque en cada cuerpo que hemos encontrado siento una poca de paz", dice.
Sus compañeras de búsqueda, Baudelia y Lilly, le reconocen su espíritu solidario, que busca hacer de los peores momentos un espacio de hermandad, es madre, amiga, compañera y psicóloga.
Siempre está dispuesta a escuchar a las demás madres y dar consuelo a alguien más.
Sin embargo, también se ha arrodillado en monte clamando a Dios para que le entregue a sus hijos, a veces reniega y no quiere saber nada de Él ni de San Judas ni de la Virgen. Cuando sus fuerzas se agotan y desfallece, su amor de madre la levanta. Sólo quiere a sus hijos.