"Ha faltado curiosidad para contar las historias del Covid"

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Ha faltado curiosidad para contar las historias del Covid

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Durante la pandemia, dice la periodista y escritora mexicana Alma Guillermoprieto, afincada en Colombia, no se han contado las historias en los hospitales, ni cómo las personas la han enfrentado la soledad; además, se ha hecho palpable la poca experiencia en temas científicos para poder hacer asequible, a través del periodismo, las cuestiones técnicas del tema.
"En España sí se hizo, en Estados Unidos, también, pero aquí no, no se han visto las historias de los médicos, del personal de enfermería", dijo Guillermoprieto durante la charla "¿Qué historias contar?", que forma parte del ciclo Todos los futuros posibles, que arrancó hoy como parte del formato virtual de la Feria Internacional del Libro de Oaxaca. "Hay miles de aspectos que faltan por reportear, pero falta también dinero para hacerlo, faltan condiciones de seguridad para poder hacerlo y nos ha faltado, por el nivel de depresión en el que estamos, el nivel de curiosidad", añadió la autora de "Los placeres y los días".
Guillermoprieto refirió que cuando se falla en contar todas las historias y en dar todas las explicaciones posibles, los periodistas ayudan a promover el gran mal de América Latina, que es darle rienda suelta a los mitos urbanos, a los argumentos sin base y a la paranoia y a la falta de pensamiento científico.
Por su parte, la periodista y escritora argentina, Leila Guerriero, indicó que durante la pandemia se ha repetido la idea de que en este contexto se hicieron visibles las desigualdades sociales. "Eso me irrita porque los periodistas hemos hecho mucho para visibilizar esas desigualdades, si no se enteraron antes es porque no quisieron, y me irrita más que lo digan otros colegas. Este discurso está instalado, por eso, si no seguimos contando sobre ello, seguirá habiendo una ceguera", dijo.
Y añadió: "No estamos contando qué está pasando con la educación, hay ahora un nuevo grupo de chicos marginales que no tienen conexión de internet, en donde hay un celular por familia". Guerreiro también consideró que la ciencia tiene un lenguaje "deshumanizado", es decir, que cuenta con un vocabulario muy específico. "El discurso periodístico se apropió de eso y me pareció tremendo.
Empezaron a darse casos en que la gente prefería no decir que estaba contagiada porque no quería que la sacaran de su edificio, conozco gente que no quiso decir por temor a ser 'rastreada' y 'sospechada'. Me preocupó mucho toda esa situación", dijo. Al respecto, Guillermoprieto, indicó que en Colombia sí se escuchó a la ciencia y hubo un esfuerzo para que los hospitales no estuvieron ocupados, pero hubo periodos de gran escepticismo en la sociedad. "Sí hubo un ciclo en el que se creyó que el virus se curaba con buches de agua y vinagre, otro ciclo de que era cosa del gobierno, pero llegamos a un ciclo en el que la gente asume que no sabe qué está pasando, pero se pone el cubrebocas. La gente se va de rumba, pero sales a la calle y sí hay gente con cubrebocas, eso ya me parece un paso adelante".