Médico ayuda a luchar contra la diabetes con operación

Médico ayuda a luchar contra la diabetes con operación

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CIUDAD DE MÉXICO (EL UNIVERSAL).- "Yo me acostaba y decía: 'Quién sabe si amanezca o quién sabe cómo amanecerá el azúcar'", cuenta María Antonia Pérez Pérez, quien hace 10 años fue diagnosticada como diabética. Esto fue el anuncio de una sentencia de muerte a mediano plazo. La obesidad fue una de las causas, y el adormecimiento de su brazo derecho, el síntoma que la reveló.

Hace cinco años el médico Walter Kunz Martínez le practicó una Bipartición del Tránsito Intestinal (BTI), operación que le permitió nacer de nuevo. Hoy María Antonia se siente libre de diabetes mellitus 2. Se encuentra en remisión completa: no necesita medicamentos para controlar los niveles de azúcar en su sangre y le basta ponerse tenis y ropa deportiva para caminar hasta cinco kilómetros. La enfermedad no ha desaparecido, pero su forma de vida mejoró.

Kunz Martínez cree aventurado afirmar que una manipulación en cualquiera de los aparatos o sistemas del cuerpo "curará" una enfermedad tan compleja como la diabetes mellitus. Por eso señala que es preferible el término "remisión" a "cura": no hay estudios a largo plazo de lo que pasará con la enfermedad, ya que podría volver.

Otros pacientes sometidos a la cirugía, además de disminuir o dejar de consumir medicamentos para diabetes e hipertensión, se han librado de dolorosas inyecciones de insulina. En casos más graves, han evitado la diálisis, usada cuando los riñones dejan de funcionar bien.

La bipartición, realizada por Walter Kunz y su equipo en el Hospital General de San Juan del Río (HGSJR) en Querétaro, es más barata que otras operaciones, como el bypass gástrico, que también sirven para controlar la diabetes. A diferencia de ellas, no favorece la mala absorción de nutrientes en el organismo, requiere de un control médico menos estricto y puede practicarse en hospitales que no son de alta especialidad.

Darle batalla a la enfermedad

Ceguera, daño irreversible de los riñones, amputaciones y la muerte, en el peor de los casos, son algunas de las consecuencias de la diabetes mellitus. En 2017 más de 100 mil mexicanos perdieron la vida por padecerla: fue la segunda causa de fallecimientos en el país por razones de salud, según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

Cada semana, Kunz Martínez, responsable de la Unidad de Cirugía Endocrina y Metabólica del HGSJR, amputa al menos a un paciente y a su familia, pero los cortes no sólo afectan al enfermo. Consecuencias como discapacidad y pérdida de empleo que derivan de ellas las vuelven dramáticas.

El complicado panorama motivó al también especialista en endocrinocirugía a modificar técnicas existentes y desarrollar la Bipartición del Tránsito Intestinal (BTI), que consiste en unir la parte inicial y final del intestino delgado, formar un "atajo" por el que después de comer pasarán los alimentos; también lo harán por el trayecto normal del intestino.

Esto favorecerá a que la parte final del intestino delgado entre en contacto temprano con los nutrientes que dan los alimentos, se estimule y produzca hormonas incretinas. Éstas, a su vez, incitarán al páncreas a secretar más insulina y por ende, el control de azúcar (o glucosa) en la sangre será mejor.

Nacer de nuevo

Aunque la diabetes puede heredarse genéticamente, el riesgo de tenerla aumenta con el sobrepeso y obesidad. En los últimos 30 años, estas dos enfermedades se volvieron una epidemia que afectó a siete de cada 10 adultos y tres de cada 10 niños mexicanos, según la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut) de 2012.

Hace cinco años, María Antonia Pérez inició un programa de control de obesidad en el HGSJR. Con dieta y ejercicio bajó 30 kilogramos. Al ver lo comprometida que era, el cirujano Walter Kunz le ofreció someterse a la bipartición intestinal para ir un paso más adelante en el control de la diabetes. Ella aceptó.

Así, esta mujer, que hoy tiene 65 años, se convirtió en la primera persona en recibir el tratamiento. Poco a poco redujo su consumo de antidiabéticos y a la fecha no toma ninguno. Entró en un estado de remisión completa; es decir, tiene los niveles de azúcar o glucosa normales; básicamente está libre de la enfermedad.

No es magia

Después de la operación, los pacientes deben asistir a consulta médica cada tres o seis meses. Entre el sexto y noveno mes después de la cirugía, según las observaciones actuales, el azúcar en la sangre se estabilizará y el consumo de antidiabéticos podrá reducirse. Cada paciente responderá diferente al tratamiento, pero entre menos tiempo tengan con la enfermedad y más jóvenes sean, los resultados serán mejores.

Los beneficios que se obtienen con la BTI no son mágicos; se necesita supervisión médica, dieta balanceada y actividad física controlada. Walter Kunz señala que hay muchos casos de deserción al seguimiento después de la operación, pero que 62% de las 30 primeras personas a quienes se les practicó el procedimiento y han sido revisadas por más de un año siguen en remisión.

María Antonia Pérez es una de ellas. Asiste puntualmente a sus consultas y practica yoga, pero debido a la sobrealimentación tiene obesidad nuevamente. Aunque ella sabe muy bien que no tiene prohibido comer ningún alimento, le gana la tentación y a veces se come hasta cuatro tortillas.

A causa de la obesidad, ahora ella toma medicina para controlar su presión arterial; después de la BTI ya no la necesitaba. Aunque esta situación le apena, no ha desistido. Continúa esforzándose, porque sabe que por ahora ha podido lidiar de forma distinta con la diabetes.

Obstáculos y camino por andar

La incredulidad de médicos y pacientes ha sido una de las principales dificultades para la difusión y puesta en práctica de la Bipartición del Tránsito Intestinal (BTI). Kunz Martínez explica que algunos pacientes diabéticos se niegan a ser operados de algo que no les duele y recurren a sus médicos de primer contacto. Ellos, por desconocimiento, les dicen que tales operaciones no existen o que están fuera de la realidad de México.

Por eso, en un esfuerzo por difundir los resultados sobre la BTI, Walter Kunz y colaboradores escribieron un artículo, en español, en la "Revista Colombiana de Cirugía". Creen que esto ayudará a que más médicos conozcan el procedimiento. Otras de sus investigaciones están disponibles en publicaciones como el Clinical Research in Diabetes and Endocrinology Journal.

Otra limitante ha sido el apoyo económico: Walter Kunz y colaboradores lo han buscado, pero no lo han obtenido ni del gobierno ni del sector privado. Si tuvieran más recursos, un mayor número de diabéticos tendría acceso al tratamiento y a una mejor calidad de vida. También podría capacitar a médicos que replicaran la experiencia en otras partes del país.

La investigación de Kunz Martínez sobre la modificación del tránsito intestinal también ha arrojado resultados alentadores en el tratamiento de Alzheimer y Parkinson: los reportes muestran un avance más lento en el deterioro cognitivo que éstas producen. Aunque los hallazgos son preliminares, son esperanzadores, y los próximos 30 y 31 de octubre, Kunz Martínez los presentará en el 26th World Congress on Neurology and Neurodisorders en Japón.

A este médico originario de la Ciudad de México, curioso y apasionado por el conocimiento, le conmueve hasta las lágrimas que sus pacientes dejen de depender de dolorosas inyecciones, conserven su cuerpo entero y se sientan aliviados, como María Antonia, que está tan agradecida con él que lo considera su "hijito".

Aún hay un gran camino por andar e investigar, pero Walter Kunz sabe que quienes padecen diabetes mellitus pueden vivir de otra manera, empoderarse y dejar de ser víctimas.