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Soldados, a la prisión militar

Por El Universal

Marzo 04, 2023 03:00 a.m.

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Ciudad Victoria, Tamps.- Los cuatro militares procesados en el fuero militar por la muerte de cinco jóvenes en Nuevo Laredo, Tamaulipas, fueron ingresados ayer a la prisión del Campo Militar 1-A.

Los dos cabos y dos soldados arribaron vía aérea a las instalaciones militares, procedentes de Tamaulipas, donde, según fuentes castrenses, pasaron lista.

Agregaron que más elementos que participaron en los hechos registrados el domingo pasado en Nuevo Laredo están siendo investigados, por lo que no descartan más detenciones.

En paralelo, los cuatro militares acusados de asesinar a cinco jóvenes en Nuevo Laredo, Tamaulipas, son procesados por la Fiscalía de Justicia Militar (FJM) y por la Fiscalía General de la República (FGR) por los delitos de desobediencia (un delito militar) y homicidio en fuero civil.

Los militares son los únicos sujetos al fuero de guerra y al fuero civil a partir de la reforma al Código de Justicia Militar de 2014, en la que se establece que los delitos y las violaciones a derechos humanos cometidos por personal castrense en contra de civiles son ahora competencia de la jurisdicción civil.

“Las balas alcanzaron hasta el refri”

Los más de 60 orificios de impactos de bala entre la puerta, la pared de un cuarto y el refrigerador de la casa de Sara Luna, de 60 años, son parte de una escena que quiere olvidar.

Afuera de ahí, el pasado 26 de febrero elementos del Ejército dispararon contra una camioneta pick up, dejando como saldo cinco civiles muertos, un lesionado y un ileso.

La mujer, quien padece diabetes, hipertensión e insuficiencia renal, relata que el ruido que escuchó fue de cuando las balas golpeaban las puertas y paredes de su casa, y su propiedad estaba rodeada de soldados.

Sara soñaba que había disparos afuera de su casa, pero lo atribuyó a que un día antes había visto una película de terror.

“Pensé que estaba soñando, pero me despertó ese sonido espantoso, se escuchaba que estaban pegando las balas, alcanzaron hasta el refrigerador.

“Entonces se calmó y se empezaron a escuchar gritos como que correteaban a alguien. Mi esposo entró corriendo a mi cuarto y me dijo ‘no te asomes’; entonces me di cuenta de que no estaba soñando”.

La mujer relata que las balas alcanzaron el cuarto de su esposo y él se salvó de milagro porque se arrojó abajo de la cama.

“Cuando mi esposo abre la puerta veo un cuerpo tirado, vimos la troca y un soldado nos dijo que no podíamos salir ni asomarnos”, recuerda Sara.