Vigilan Reforma en dos ruedas

Vigilan Reforma en dos ruedas

A-AA+

Ciudad de México.- Ellas no sólo cuidan a los más de 3 mil ciclistas que transitan por avenida Paseo de la Reforma, en la alcaldía Cuauhtémoc, también auxilian a aquellas personas que les piden apoyo por enfermedad, guían el tránsito, atienden choques, atropellamientos y agilizan la vialidad cuando hay marchas. 

Desde enero, 100 agentes de Tránsito -que en su mayoría son recién egresadas de la Universidad de la Policía- pedalean sobre la ciclovía de Reforma desde las 6:00 horas y hasta las 22:00 horas. Todas están equipadas con cascos y bicicletas rotuladas con el mismo número para que puedan identificarlas; radios, esposas y una pistola.

La policía Jacqueline, de 19 años, calcula que en su turno de 12 horas da hasta ocho vueltas desde la Estela de Luz hasta la avenida Hidalgo, lo que suma más de tres kilómetros en este tramo entre las alcaldías Benito Juárez y Cuauhtémoc.

“Nos tenemos que ir parando para hacer una observación o prevención a los ciclistas, a los conductores, o supervisamos a las demás compañeras por si necesitan algún apoyo”, dice.

En esta avenida, considerada como la más importante de la Ciudad de México, transitan peatones, oficinistas, turistas, automovilistas, ciclistas, repartidores, Ubers, unidades del Metrobús de la Línea 7 y recientemente, usuarios de scooters.

Infracciones más habituales 

Las uniformadas han detectado las faltas al reglamento de tránsito más comunes que cometen los ciudadanos. Por ejemplo, los peatones no cruzan en las cebras; los conductores se estacionan sobre la ciclovía o en los carriles laterales; los repartidores obstruyen la circulación y los ciclistas, a veces, se pasan el alto o no respetan la prioridad al paso que tienen los transeúntes.

“Creo que no estaban acostumbrados [los capitalinos] a que alguien les dijera lo que no deben hacer... Mucha gente infringe el reglamento no por querer, sino porque desconoce”, cuenta Jacqueline.

Sólo con sus voces y amabilidad, estas 100 mujeres pueden “amonestar” a los que infringen el reglamento.