Agua y precios

“La carencia de una 

cosa le da precio”. 

Séneca

La hermosa combinación de desierto y mar hace de la punta sur de la península de Baja California un paraíso terrenal que ha permitido el surgimiento de una de las zonas turísticas más exitosas de México y del mundo. El mismo escenario desértico, sin embargo, provoca escasez de agua. 

La falta de agua ha sido el principal obstáculo para el desarrollo de toda Baja California Sur. El problema es que los políticos no han entendido la naturaleza del problema y han tratado de combatirlo con medidas como el racionamiento, o tandeo, que no solo no lo resuelven sino que lo agravan. 

La experiencia histórica demuestra que la mejor forma de superar la escasez son los precios libres. Los controles de precios o el racionamiento la profundizan porque acaban con los incentivos para la importación, extracción o producción de bienes escasos. 

Un ejemplo es el sitio de Amberes de 1584 a 1585, cuando las tropas de Alejandro Farnesio, duque de Parma, buscaron doblegar a este centro de resistencia protestante frente al intento del monarca español, Felipe II, de imponer el catolicismo en sus posesiones de los Países Bajos. Mientras la ciudad gozó de precios libres, hubo contrabandistas dispuestos a arriesgar la vida para llevar alimentos a los amberinos por lo que la ciudad resistió el asedio. Sin embargo, cuando el gobierno decretó controles de precios, supuestamente para ayudar a la población, generó una enorme escasez que provocó la rendición por hambre de la ciudad (John Fiske, The Unseen World and Other Essays, 1876; Thomas Sowell, Basic Economics, 2011). 

Los precios son el mecanismo más eficiente para equilibrar la oferta y la demanda. Cuando un gobernante decreta “precios justos”, provoca escasez. Los controles de alquileres que se impusieron en México en 1942 acabaron con la inversión en vivienda de alquiler y llevaron a un deterioro lamentable de los edificios del centro histórico de la Ciudad de México. Durante la “crisis del petróleo” de 1973-1974, el gobierno de Richard Nixon en Estados Unidos aplicó controles de precios que provocaron largas filas para cargar gasolina; cuando se acabaron los controles, la provisión de combustible se regularizó, aun frente a otras disrupciones de la oferta de crudo. En 1972 el Club de Roma pronosticó que para fines del siglo XX el mundo sufriría hambre generalizada y ya no habría petróleo; pero hoy hay más alimentos y petróleo que nunca. 

Los altos precios son la mejor medicina contra la escasez porque generan mayor oferta. El problema para los políticos es que la gente no les agradece los incrementos de la oferta que promueven los precios libres. Por eso prefieren manipular precios y ofrecer sistemas de racionamiento, como el tandeo de agua que hoy se aplica en zonas populares de Los Cabos. La gente común y corriente no se da cuenta de que la escasez que tanto la daña, que la obliga a comprar pipas de agua a un costo muy superior al de un mercado racional, es culpa de esos mismos políticos. 

Los Cabos es un centro notable de atracción de visitantes y de generación de empleos. Por eso es tan importante que tenga políticas públicas eficaces. Establecer un sistema de libertad de precios en el agua, el bien más escaso e importante, es crucial para que este destino tenga futuro. Si el gobierno mantiene controles de precios y tandeos, la región terminará por rendirse por sed, como los amberinos del siglo XVI se rindieron por hambre ante las tropas del duque de Parma. 

Patologías

Primero El Paso y luego Dayton. Estados Unidos es el país con mayor número de ataques armados contra grupos de población inocente. Pero su tasa de homicidios es de 5 por cada 100 mil habitantes (2016, World Bank), muy inferior a los 29 de México (2018, INEGI). Son patologías sociales distintas 

Twitter: @SergioSarmiento