Campo minado
Ha de ser una penosa situación llegar a la historia por la puerta grande y convertirse en la primera mujer que ocupa la Presidencia de México, teniendo que hacerlo en medio del campo minado que le dejó su antecesor.
Carga con una gran loza sobre su espalda, a saber, el sambenito de ser dócil instrumento en las manos de López desde que la designó e impulsó como su “corcholata” favorita.
Es cierto que en muchas ocasiones la señora Sheinbaum se ve claramente afín a las barbaridades del expresidente, aunque también ha dado muestras de que, de lo que se dice cordialidad y amor puro, poco y mal.
Yo creo que cada día tiene cosas que lamentar . Se le nota.
Pero, para quienes quieren quisieran una ruptura inmediata con el que ha sido el demoledor del Estado mexicano, se debe decir que la paciencia es buena consejera. Incluso la misma presidenta usa mucho aquello de “cabeza fría”.
Lo que sucede es que le dejaron una “herencia maldita”, llena de voraces personajes que tienen una sola cosa en común: no le son fieles a Sheinbaum.
Particularmente en el Poder Legislativo se han visto ya destellos de contrariedad y traición entre los alfiles de López y la presidencia de la república.
Ahí tenemos la reacción de Sheinbaum cuando su candidata a presidir la Comisión Nacional de Derechos Humanos fue dejada de lado para privilegiar la reelección de uno de los más siniestros personajes de la vida pública nacional. Claramente el Senado sirvió como instrumento de control para frenar las intenciones de cambio en esa ahora olvidada y vilipendiada institución.
Otra es la reforma constitucional en contra del nepotismo, en la que Adán Augusto López en el Senado y Ricardo Monreal en la Cámara de Diputados hacen la tarea sucia al partido verde para que se inicie la vigencia de los cambios hasta dos mil treinta. ¿Se acuerdan como estos mismos personajes movían sus fichas para que a las iniciativas de López no les cambiaran ni una coma y además salieran casi en minutos aprobadas a tambor batiente?
Este par son de lo peorcito que le dejó López a Claudia Sheinbaum. Ni a cual irle, tan malo y mentiroso uno como el otro.
¿Y que decir del vástago Andy, como secretario de organización de MORENA? Se dice, y creo que con razón, que buscará ser el sucesor de Sheinbaum y, por ahora, se ocupa de ser un mando paralelo para lavar pecados (como los de Rocha Moya) y controlar la base político-social para que la presidenta no se alga del huacal.
Agreguemos a esto aquello de los “abrazos y no balazos” de su antecesor que permitió que México se tiñera de rojo durante seis años de manera indiscriminada. Hoy la presidenta debe dejar de lado aquella tontería y aplicarse en serio a combatir a la delincuencia, so pena de que Trump y sus aranceles pasen factura a México.
Y podríamos seguir la lista, pero este espacio es limitado y enumerar todas las minas sembradas que Sheinbaum debe evitar cada día sería excesivo.
Sin embargo hay que reconocer que ha dado muestras de querer sacudir las cosas y tomar un rumbo distinto. Por eso se decidió la extradición rápida a Estados Unidos de una serie de delincuentes vinculados con el narcotráfico y que de seguro tiene temblando a muchos que, desde la detención de Ismael “El Mayo” Zambada, ya no llenan mucho las tazas de café, las copas y los vasos, para que no se les derramen por su pulso inestable. Ex incluido.
Lo peor de todo esto es la gran división social. que le heredó López a Claudia. Hoy en día, cualquier crítica a las acciones gubernamentales, por sólidos que sean los argumentos, se contesta denostando al declarante, eludiendo el fondo pero criticando su posición ideológica, dejando fuera lo conceptual.
No es una historia de buenos y malos, no se trata de blanco o negro sino de una enorme, amplia y compleja gama de grises en la que todas las voces cuentan, a las que los seguidores de López buscan acallar, sobre todo porque no vaya a ser que la señora Sheinbaum se vea tentada a desobedecer si escucha de más.
@jchessal