Carta a López Obrador y a Andrés Manuel

Señor Presidente: muy sinceramente agradecido por el espacio que me brindó y la gentileza con que me ha tratado en su mañanera de ayer. Aunque si me permite quiero dejar de lado el primer asunto por el que acudí: mi inclusión en la ya celebérrima lista; creo que está suficientemente aclarado. El segundo de mis motivos todavía se debate: la desaparición del Canal del Congreso de la Ciudad de México; que yo fundé, he dirigido por cuatro años, que es la suma de esfuerzos y talentos de un centenar de personas y por el que tengo un cariño casi obsesivo. 

Por ello me he venido oponiendo y lo seguiré haciendo a la iniciativa que, atropellando las leyes, la lógica y la independencia de los poderes, pretende desaparecer un canal que es ejemplo de productividad y compromiso de sus trabajadores. Es un absurdo que se quiera licuarlo con el fracasadísimo Canal del Gobierno de la Ciudad cuya tercera parte de su programación es alemana y transmite a las diez de la noche Plaza Sésamo para los niños desvelados. La pantalla del truco es que desde el gobierno de Claudia Sheinbaum se empuja la creación de un Sistema Único de Radiodifusión a cargo de su actual Secretario de Cultura, Alfonso Suárez del Real, que –no es casualidad, sino causalidad- fue coordinador de su campaña y que ahora quiere seguir siéndolo con el control de la Cultura, la Televisión y la Radio públicas. Una especie de Goebbels tlahuica. Una regresión a los tiempos del oscurantismo de la colonia. Una aberración para una ciudad que hoy se asume como una de las más diversas, tolerantes y progresistas de este planeta. Espero que los señores diputados locales se convenzan de no perder un foro de expresión y un gran puente de contacto con los capitalinos. Ya veremos en qué termina todo esto, mientras tanto, déjeme –sin la menor falta de respeto a su investidura- retomar aquella confianza de décadas.

Andrés Manuel: nadie está en contra tuya y de tu gobierno, porque sería estar en contra de México. Solo te pido que evalúes qué te aporta más, si una crítica inteligente, de buena fe y constructiva o los lacayos que cuando les preguntes qué hora es, te contesten: la que usted quiera, señor presidente. Por cierto, déjame decirte de todo corazón que yo no creo que exista “el hampa de los periodistas”. Por eso me salió de la entraña invitarte a tomar un café en mi departamento con algunos de mis colegas. A propósito, ya me hablaron varios para que te ofrezca que, bajo palabra de honor, sería una charla off the record. Aunque, ya vez cómo somos, no faltaron los que me dijeron que si era café a fuerzas o podría ser un buen vino. Sea cual sea el brebaje, ojalá aceptes la reunión. En tanto, te recuerdo un fragmento de nuestra conversación de quince días antes de la elección, en junio de 2018:

-Si además de la presidencia ganas la mayoría en el Congreso vas a tener una enorme tentación autoritaria, Andrés Manuel...

-No, no…no, no, no, el poder es humildad, el poder solo tiene sentido y se convierte en virtud, cuando se pone al servicio de los demás…no me interesa la parafernalia del poder…yo lucho por una auténtica democracia en el país, por una utopía, por un sueño.

Ese, tu sueño de país, yo lo sigo compartiendo. Al igual que todas tus metas, Aunque no todos tus métodos. Recibe mi abrazo fraterno de siempre.