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Ciclos

Por Marta Ocaña

Febrero 08, 2023 03:00 a.m.

A

Con la cabeza lejos del teclado escribo como por inercia. Lejos estoy de las noticias y del drama de quienes viven la furia de la tierra en lugares que nos parecen lejanos y a la vez ficticios. El mundo parece continuar en un ritmo caótico, que cobra vidas humanas y pone a prueba la entereza de padres de familia, o de pequeños que han quedado huérfanos o malheridos.

Vivimos en esos ciclos de calma y e ira imponiéndonos circunstancias sorpresivas en donde demostramos lo que en verdad llevamos dentro. Me he vuelto sorda a las declaraciones de políticos y ciega a las perversidades de cabilderos, a las mentiras en las cortes estadounidenses y a la ficción de los medios de comunicación. Creo que sufro de hartazgo mediático.

Y si bien ya nadie se sorprende de las declaraciones de los testigos de García Luna o la irreverencia del mismísimo Adán-A, ante la Corte Interamericana de Desarrollo o del cinismo mostrado en la noches del jaguar, hay algo que se agita entre el estómago y el corazón y que nos enferma como mexicanos y como seres humanos.

Hay días en que me rompo la cabeza poniéndome en los zapatos de unos y de otros; pensando en la dificultad de su trabajo como mandamases de nuestro país y siempre llegó al mismo lugar: un deseo de poder, una ambición desmedida, una desvergüenza o una indiferencia parecida a la de un psicópata en actitud pasivo-agresiva, que hace daño como quien cuece una rana a fuego lento.

De todo eso huyo y me refugio en el lugar favorito o de moda que es frente a una serie que relate artísticamente lo incongruente de nuestra especie. Ahora estoy con Vikingos-Valhalla. Una historia ruda y que salpica crueldad y rudeza y que nos retrata en otro momento histórico, tan desalmado como el que ahora vivimos. Solo que en lugar de vikingos en sus “drakar”, tenemos camionetas blindadas y armas exclusivas del ejército en manos de ya sabemos quiénes.

Y quizá es más digerible ver como el Rey Olaf arrasa con aldeas de la manera más cruel que la pantalla puede mostrar que leer las noticias en épocas de narcobloqueos y otros eventos que ya son particularidad de nuestro diario vivir en diferentes localidades de nuestro país. “Olaf fue descendiente del Rey Harald pequeño rey, se convirtió al cristianismo y jugó el papel principal en la cristianización y la unificación de Noruega, y gobernaría como el Rey Olaf II de Noruega”. Sí pero habría que ver si el fin en este caso justifica las formas para alcanzarlo.

Creo que, como raza, tenemos mucho que aprender. Mucho que no se enseña en escuelas y muchos ejemplos que empiezan a desparecer. Pero En el mundo hay muchas cosas mejores que todos estos negros acontecimientos, así que los invito a leer otra sección o bien a pasar su tiempo en algo mejor que seguirle la pista a la agenda del señor en turno o de las catástrofes personales o mundiales.