Comercio global en continuo ajuste

Los datos completos para 2017 sobre el desempeño de casi todos los países, muestran que algunos países importantes redujeron su dependencia de las exportaciones como motor de crecimiento. Esto es así porque la Gran Recesión (2008-09) fue tanto un desplome de mercados, como una sacudida al modelo exportador que se había implantado en Asia y otras economías emergentes, para crecer con base en los mercados de otros países.

Entre los años 1990 y 2007, la cúspide de la apertura económica y el crecimiento basado en el comercio exterior, las importaciones mundiales de productos aumentaron 6.8% anual en volumen, cuando el producto interno bruto mundial lo hizo en 2.7%, un múltiplo de 2.5 veces.

Sin embargo, en el periodo posterior a la Gran Recesión y la lenta recuperación, entre 2012 y 2017, las importaciones mundiales crecieron 3.2%, cuando el producto lo hizo en 1.8%, un múltiplo de 1.8 veces. Así, con todo y las líneas de suministro y proveeduría de productos desarrolladas al máximo para aprovechar las condiciones de cada país, sobre todo su costo laboral y su cercanía a mercados, cada aumento del producto mundial requirió un menor aumento de importaciones.

Una primera explicación es que el crecimiento de la importación se acelera mientras el ingreso promedio mundial aumenta, pues la demanda de consumidores se torna cada vez más diferenciada. Así, al crecer poco el ingreso en la post-recesión, la demanda de importaciones también creció menos. Una segunda explicación es que los gobiernos en la mayor parte de países se tornaron más interesados en el problema de su propio desempleo y menos en el desempleo de sus vecinos. Al mismo tiempo, encontraron que en muchas industrias quedó un gran sobrante de capacidad no utilizada.

Naturalmente la estrategia seguida por muchos países fue depreciar sus monedas contra el dólar para abaratar sus productos y exportar este excedente de producción. Sin embargo, al hacerlo así, causaron daños a la industria y empleo en el país que les compraba. Por las dificultades para reducir el desempleo y al mismo tiempo ofrecer oportunidades de tener ingresos remuneradores para su población, los gobiernos han llegado a ser más pragmáticos. Hoy utilizan tarifas en defensa contra la imposición de tarifas por otros países. Igualmente, procuran no dejar sobrevaluar sus monedas contra el dólar para no reducir artificialmente la utilidad de las exportaciones.

Los datos muestran que dos grandes países redujeron dramáticamente su dependencia de importaciones para crecer. Por una parte, en China las exportaciones bajaron de 36% del producto en 2006 a 18% en 2017. El otro país es la India, cuyo porcentaje de exportaciones tocó techo en 25% en 2013 y ha bajado a 19% en 2017. En ambos casos se trata de países que tienen una estrategia de largo plazo para balancear su crecimiento de exportaciones con crecimiento de su propia demanda interna. Otros países siguieron aumentando su dependencia de exportaciones. Uno es México, en donde la exportación pasó de 27% en 2006 a 38% en 2017. Otro es Alemania, que pasó de 37% en lo peor de la Gran Recesión (2009) a 47% en 2017. El más interesante de todos es Estados Unidos, el cual tiene muy baja dependencia de exportaciones, en sólo 12% de su producto y con un aumento de sólo 1% entre 2007 y 2017. Esta economía es, sin embargo, en donde más fuerte ha sido la reacción del gobierno contra el comercio desleal de acero asiático y contra el robo de tecnología.

(Analista económico)

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