Copycat Police
“No es raro encontrar copias de hombres de consideración, y la mayor parte de las personas, como sucede con los cuadros, tienen mayor aprecio por las copias que por los originales”.
F. Nietzsche.
Hace algunos años les dio a los gobiernos del orden federal y a algunos estatales, “profesionalizar” a sus policías con cursos de instituciones policiales del extranjero. Hicieron su llegada a México toda clase de superpolicías, desde Israelitas, franceses, españoles, norteamericanos, colombianos, ingleses y bueno, hasta guatemaltecos. Inclusive, hubo algunos que fueron al extranjero a “cultivarse” en la función policial para aplicarla a su regreso.
¿Qué pasó? Lo que tenía que pasar, recibieron los cursos, los mandos medios, los cuates de los cuates del cuate que era compadre del comandante, la señorita buenona de la policía, los burros de entre los burros, los corruptos de entre los corruptos y uno que otro que más o menos le entendía y arrastraba el lápiz.
Realidades totalmente distintas del enfoque policial de esos países, con las míseras realidades de nuestro México, diferentes contextos, países con profundas reformas policiales y de larga data, con estructuras bastante solidas en su conformación y lo más importante; ser policía en esas latitudes es una profesión, un proyecto de vida, un servicio civil de carrera y sobre todo democratizadas con civiles al frente de sus instituciones, habían, por mucho evolucionado en la convocatoria y selección de personal, capacitación sistemática policial, controles internos y órganos disciplinarios policiales, controles externos ciudadanos, policías comunitarias, investigación criminal y en tecnología aplicada a la seguridad.
Eran esfuerzos institucionales que buscaban de una vez por todas contar con policías profesionales. El problema es que no se puede entender la capacitación y profesionalización solamente del individuo y con enfoque estrictamente policial, por si sola la capacitación no lleva a ningún cambio de actitudes a menos que toda la institución policial en su conjunto este en sintonía con los valores de la educación y capacitación reafirmadas como su prioridad institucional, misma que se verá reflejada en sus políticas de ingreso, ascenso y promoción, así como en sus códigos disciplinarios. Son como los exámenes de control de confianza, tremendamente “apto” el elemento para ingresar a instituciones de seguridad y justicia que están “no aptas” y más corrompidas e infiltradas que las mismas mafias del crimen.
Anécdota: En un curso de intervención con franceses: La cara de asombro que puso el instructor francés, cuando este le preguntó al policía mexicano ¿cuántas prácticas de tiro tenían al año? le dice ninguna y le contesta: “Mais qu´est-ce que tu me dis”.
TAPANCO: Hace años cuando el ex Alcalde de Nueva York Rudolph Giuliani visitó la CDMX a invitación del entonces Secretario de Seguridad Marcelo Ebrard, su empresa de seguridad “Giuliani Partner”, les hizo ciento cuarenta y seis recomendaciones para iniciar con el modelo que redujo la delincuencia en Nueva York.
De entrada, siete componentes estratégicos: Eliminar las armas de fuego de las calles; Frenar la violencia pandilleril en calles y escuelas; Sacar de la CDMX a los traficantes de drogas; Romper con el ciclo de la violencia familiar y domestica; Recuperar espacios públicos; Reducir los actos delictivos relacionados entre sí y Recuperar las calles de la CDMX.
Dicen que Marcelo asombrado y estupefacto le dijo en buen francés a Giuliani: “Mais qu´est-ce que tu me dis”.
@franciscosoni
