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Creadoras en el desierto

Por Alexandro Roque

Marzo 03, 2024 03:00 a.m.

A

Porque el Día de la Mujer no es solo el 8 de marzo las actividades artísticas de y sobre creadoras potosinas tienen ya más de una semana de haber empezado. Exposiciones, conferencias y presentaciones de libros, obras de teatro y coreográficas están en cartelera local y nacional.

Entre estas actividades está “Homenaje a 20 mujeres artistas”, exposición de Amanda Bouchenoire, fotógrafa francesa avecindada en San Luis Potosí, en el museo Leonora Carrington. Esta muestra, resultado de la beca del Programa de Estímulo a la Creación y Desarrollo Artístico (PECDA 2023), nos presenta a maestras del arte potosino en sus distintas disciplinas. Por citar solo algunas: Ana Neumann, Cecilia Ferretiz, Neri Fernández, Andrea Saldaña, Pilar Pacheco, Conny Serment, Patricia Mena, Yolanda Legaspi y Lupita Orellana. Obviamente faltan, pero es un gran comienzo. (De la autora y varias homenajeadas vienen sorpresas editoriales, estén pendientes.) Sin obviar en quienes ya no están con nosotros, de botepronto pensaría en los retratos de Karen Smith, Olimpia Badillo, Emilia Cervantes, Lupita Castillo y Carmen Alvarado.

Me viene a la memoria Tita Valencia, escritora de origen potosino aunque nacida en la Ciudad de México en 1938. Guadalupe Valencia Nieto es pariente de Rafael Nieto Compeán, Jorge Ferretis y José Moreno Villa, pero su obra brilla con luz propia, genial. Lo mismo sus libros sobre su abuelo Rafael: Urgente decir te amo (1932-1942) y Rafael Nieto: la Patria y más allá, que la joya Minotauromaquia, crónica de un desencuentro, de esos libros para releerse (reeditado por la UNAM en su colección Vindictas, lo he comprado varias veces para regalarlo): 

“Ahora soy más fuerte que nunca porque estoy muerta. Contigo caí en la trampa alevosa de creer que a un don total de sí corresponde un don equivalente. Por ese paso en falso, por esa fractura se me precipitó todo el vacío cósmico, toda la náusea, toda la incomprensión de cuanto me rodeaba, la incoherencia de lazos entre ser y ser, la huida pavorosa y centrífuga de puntos que habían sido coincidentes”.

De las fallecidas, recordemos por ejemplo a Concha Urquiza, quien nació en Morelia, Michoacán, el 24 de diciembre de 1910 y murió en el mar de Baja California el 20 de junio de 1945. Fue profesora de literatura en la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, donde, enamorada, según varios críticos “vivió su periodo más fecundo”. Concha le dedicó varios poemas a la potosina Rosario Oyarzun, como “Invitación al amor”:

Y si el amor que pasa presuroso

arguyes de engañoso y deleznable,

por otro no mudable Amor lo deja,

donde no tiene queja el tiempo aleve,

ni el olvido se atreve a la mudanza,

y que, firme esperanza y llama fuerte

traspasa las fronteras de la muerte.. 

Otra autora, a quien tuve el gusto de conocer, es la maestra Juana Meléndez Granados. Floreció poéticamente a los 40 años, gozó su viudez y fue parte de una importante generación artística en el desierto potosino. Juana nació en San Luis Potosí el 27 de octubre de 1914, estudió enfermería especializada en Obstetricia en la Facultad de Medicina de la UASLP (obligada por su padre) y la ejerció hasta 1945, cuando obtuvo la Licenciatura en Letras Españolas en la Facultad de Filosofía y Letras de la UASLP. Dijo en una entrevista: “Si todas las mujeres leyeran, se preocuparan… ¡las mujeres son más inteligentes que los hombres!; bueno, no todas, ¿verdad?, pero en general sí, ¡y son más intuitivas!”.

Dejad que se equivoque mi edad, 

que reviva el verano y cuanto hubo 

de floracion de fuego.

Y cuando esten llameando

mis arbustos interiores,

hacedle sitio a esa lumbre.

Dejadme, dejadme que sea joven 

y el corazon se me mantenga 

como pajaro al aire

mientras pasa la muerte por la tierra..

Asunción Izquierdo Albiñana (1909-1978) es otra autora potosina imprescindible. También firmó como Ana de Mairena y Alba Sandoiz. Ojalá se reedite pronto la novela Andréida o el tercer sexo, a cuya protagonista define así: “Andre´ida no es un ser de transicio´n; nada ma´s lejos de ella. Por el contrario, es un ser de porvenir que se adelanto´, por designio inexplicable, a ese extran~o elemento problema´tico que llamamos Tiempo y que medimos audazmente por rotacio´n solar. Andre´ida, como todo ser que ha roto un equilibrio, una continuidad, es el ser rebelde por excelencia. Desordenador de toda norma humana”.

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