Crisis política y económica a la vista

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Las ideologías no asumen al pueblo. Terminan siempre en dictaduras. Las ideologías terminan mal, no sirven. Tienen una relación incompleta o mala con el pueblo. Piensan por el pueblo. No dejan pensar al pueblo.            

Papa Francisco

Con cero crecimiento económico en el 2019, pérdidas en PEMEX por casi 36 mil millones de dólares, y sus llamados programas sociales, con un pronóstico de crecimiento del PIB para el 2020 de .5% (Banco de México), si bien nos va y un ambiente de falta de confianza para nuevas inversiones y su consecuente disminución del empleo con reducción de ingresos fiscales, se configura un escenario económico nada positivo. Añádase a ello proyectos cuestionables del gobierno por su política errática con proyectos sin suficiente valoración técnica y financiera como el de DOS BOCAS, el Tren Maya y Santa Lucía y veremos que se acercan tiempos difíciles para México.

México está viviendo un momento grave, muy difícil, con un presidente que no sabe respetar a los ciudadanos, pero exige respeto por su investidura. Que no respeta las leyes, que se irrita hasta el paroxismo porque los ciudadanos de su propio estado natal, le dicen en su cara que no están recibiendo los recursos de sus cacareados programas para adultos mayores y para jóvenes, estalla y amenaza con abandonar el lugar. Aplica epítetos y descalificaciones a quien no se le arrodille. Según él, somos conservadores, la mafia en el poder, quienes expresamos críticas haciendo uso de nuestras libertades y yo le digo desde aquí que sí, que soy conservador porque quiero conservar mis libertades y las de mi país, soy conservador porque quiero conservar intactos mis derechos que las leyes me garantizan, porque quiero conservar la libre manifestación de las ideas, de criticar a quienes nos gobiernan. Quiero conservar con el producto de mi trabajo, un nivel de vida digno para mi familia y para mí, que me permita seguridad económica al final de la vida, sin ser carga para la sociedad. Nada más, pero nada menos.

En poco más de 15 meses que lleva en la presidencia, López Obrador ha ido dejando una estela de fracasos, encono social, y degradación de la vida pública de este país. Lo tienen sin cuidado penurias tan dolorosas como las de las víctimas de la violencia, las mujeres objeto de abuso o los padres de menores con cáncer. Ignora las dificultades de las madres que trabajan y no cuentan ya con guarderías que cuiden a sus hijos mientras están cumpliendo su jornada. Si Peña Nieto dejó al país sumido en la corrupción y en la violencia, reforzadas con el porcentaje más alto de impunidad en el mundo, AMLO no es igual, es peor, sin capacidad para entender y atender el descontento por sus malos resultados. Su autocomplacencia es inmensa, pero fatídica para este país.

Incapaz de prevenir medidas contra la amenaza del coronavirus y otras enfermedades respiratorias, solo en enero pasado la Sría. de Salud incurrió en sub ejercicio por 3,174 millones de pesos, al tiempo en que existen enormes rezagos en servicios de salud a más de 53 millones de personas. Los mexicanos estábamos en espera de un cambio sustancial en la manera de gobernar a este país, basado en el respeto al Estado de Derecho, la División de Poderes y un federalismo efectivo y el fortalecimiento de los organismos que garantizarían el avance de nuestra democracia incipiente. Pero de ninguna manera podríamos haber deseado, ni aceptado, este sistema de gobierno que va metódicamente, cancelando las libertades y los derechos de los ciudadanos. 

Un sistema que va concentrando cada vez más poder en las manos de un solo hombre, que contradice y anula la División de Poderes y los avances democráticos que íbamos alcanzando a lo largo de las décadas, para regresar 50 años atrás, a los tiempos del presidencialismo imperial que tantos males, pobreza y atraso causó a muchos millones de familias. Un sistema plagado de mentiras como el de la llamada 4t que no aprende de sus errores, que solo se escucha a sí mismo, que desprecia la crítica, por más razonable y razonada que se plantee. Un sistema que aplaude la soberbia y la mitomanía del presidente. Un sistema que está incorporando a nuestro país las peores expresiones políticas y económicas de otros, como Venezuela, Cuba o Nicaragua, en las que todas las libertades están anuladas, salvo la de aplaudir al tirano en el poder. 

Históricamente, ha quedado demostrado para el mundo entero, que los sistemas políticos basados en ideologías que concentran el poder en las manos de un solo hombre o de un pequeño grupo, solo atraen opresión, miseria, ignorancia y disminución de la calidad de vida de las personas y de las sociedades en su conjunto. Así lo hemos comprobado con todas las dictaduras que ha padecido la humanidad. Tanto las de corte comunista o populista, como las de tipo militarista. Y lo que está implantando este presidente es precisamente una dictadura con contenido ideológico de tipo neo comunista, precisamente como las que ya fracasaron en tantos países que quedaron atrapados en el engaño del paraíso socialista.

AMLO SABE YA, que su partido no conservará la mayoría del congreso en las elecciones interme dias del 2021. De no ser así, ¿Porqué pretende a todo trance controlar al INE?  ¿Porqué no confía en el trabajo del actual Consejo General del INE, que es el que condujo la elección que lo tiene en la presidencia y con amplia mayoría en el congreso? A estas alturas de su sexenio, y a pesar de toda la auto promoción permanente que son las interminables y soporíferas mañaneras, sabe ya, que se ha caído su aceptación drásticamente y que, sin controlar al INE, va a perder su mayoría en el 2021 y seguramente también sus posibilidades de reelegirse en el 24. No quiere arriesgarse a tener que aceptar un resultado electoral que presiente que le será adverso.

Estos 15 meses en el poder, los ha dedicado a cometer toda clase de disparates, errores, derroches del erario público en sus programas imposibles de auditar y comprobar por sumas de cientos de miles de millones de pesos, además de envenenar el ambiente político del país, sembrando cizaña y acusando sin comprobar, y alentando a los delincuentes con sus necias sentencias de que “hay que respetar a los delincuentes” o darles “abrazos, no balazos” o la más ridícula quizás, como la de que basta con decirles fuchi, guácala y caca, para que se conviertan al buen camino. Desde su púlpito mañanero, ha pontificado que los feminicidios no deben distraer la atención pública de su absurda y falsa rifa de un avión.

En otros países del mundo donde se vive en libertad y con respeto al estado de Derecho, observan con una mezcla de incredulidad, burla y hasta preocupación, las actitudes, los discursos y las accio nes de un presidente mexicano, que no deja pasar dos o tres días sin que vuelva a dar la nota, la sentencia ridícula, el disparate, que causa asombro e hilaridad. En esos países, ya ven al nuestro, no solo como víctima de un político audaz, maniqueo y narcisista, sino como botín de un inepto que está llevando al país al precipicio de la crisis económica, social y política, y a una dictadura que sigue las consignas neocomunistas del Foro de Sao Paulo.