Dónde está la oposición

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El 14 de mayo pasado, el Congreso del Estado, aprobó una nueva Ley General de Educación cuya redacción fue impuesta mediante un machote desde el gobierno federal, a todos los estados del país, con un texto idéntico al de la respectiva Ley en el estado de Puebla, (llamada Ley Barbosa)que en ese estado despertó una protesta enérgica de las escuelas particula res, porque entre otras cosas, expresa que los bienes, instalaciones y edificios de las escuelas particulares, forman parte del sistema estatal de educación, lo que claramente dejaba la puerta abierta a una posible expropiación futura, conforme a la estrategia del Foro de Sao Paulo, del cual forma parte oficialmente, el partido Morena y  la 4t. A pesar de esa redacción tan amenazante a la libertad de educación consagrada en la Constitución, aquí en SLP, los dirigentes y los diputados del PAN, del PRI y del PRD, la dejaron pasar sin siquiera chistar, como lo reconoció el diputado Vera Fabregat, que dijo olímpicamente, que “nos pasó de noche”, y luego sugirió que las escuelas particulares se amparen . Sobre el tema, Ricardo Monreal, líder de la bancada de Morena en el senado, dijo que “la legislación aprobada en Puebla respecto a los bienes muebles e inmuebles, no refleja el espíritu de la Ley General de Educación que el congreso federal, aprobó hace unos me ses”. Aunque de momento Monreal calmó el reclamo de los poblanos, ya sabemos que no se puede confiar de la palabra oral o escrita de las huestes del mentiroso No.1, que es el presidente.

Los partidos políticos en México, tienen una grave responsabilidad. Primero, de carácter político y en segundo plano, de tipo moral, por el alto costo que pagamos los mexicanos, para sufragar sus gastos y los altos salarios de sus dirigentes. Los partidos políticos, por elemental decoro, deben trabajar activamente por el bien de la sociedad, aún estando fuera de los tiempos de campaña, para denunciar errores y corrupción, para exigir justicia y castigo a los funcionarios venales. Deben hacer suyas y luchar por las demandas de la sociedad. A estas alturas del gobierno de la 4t, ya es imposible ignorar que el presidente MALO quiere imponernos en México un sistema como el cubano o el venezolano. No se escucha a los partidos no comunistas, hasta ahora, dar la voz de alarma. ¿Por qué?

Frente al desastre nacional que está causando este gobierno del 4t, frente al crecimiento de la violencia, la inseguridad y la corrupción, frente al incremento del desempleo y de la pobreza, frente al embate contra las organizaciones independientes del gobierno o su captura y ante un presidente que va acaparando cada día más y más poder, hasta convertirse ya en un tirano-emperador, con poderes casi ilimitados, uno se pregunta ¿Dónde están los partidos de oposición? ¿Porqué no se escuchan a los líderes del PAN, del PRD o del PRI, cuestionar, impugnar el discurso y las acciones del presidente? ¿No son capaces siquiera de implantar “otras mañaneras” que, cada día, contradiga y desmienta los disparates y errores del presidente? ¿Por qué no se hace sentir su voz y su presencia como portavoces de los mexicanos? ¿Para qué sirven, si no?

El presidente MALO, a lo largo ya de dos años, desde su triunfo electoral, y aún desde antes, ha acaparado lo que se ha dado en llamar la “Agenda Pública”, es decir la atención permanente y continua de casi todos los medios de comunicación. Desde el llamado “púlpito” de sus mañaneras, usando su gran capacidad de engaño, sus disparates y absurdas acciones como la de la rifa-no rifa del avión, o su postulado de dar abrazos a los delincuentes, o, si acaso, lanzarles un “fuchi” o acusarlos con su abuelita, o pedir que debemos comer solo arroz y frijoles, vistiendo siempre la misma prenda y calzar los mismos zapatos. Al mismo tiempo que distrae a los medios con sus dicharachos y sus dislates, avanza sus proyectos irracionales como Dos Bocas o el Tren Maya, continúa derrochando la riqueza de los mexicanos en planes sin sustento técnico, social ni racional, y cancela contratos firmados e inversiones ya realizadas por empresas extranjeras. Tiene los reflectores de los medios de comunicación encima, pero también la burla de otras naciones, que ya ven a México, como nación de alto riesgo para hacer nuevas inversiones. Y algunas de ellas ya preparan fuertes demandas en tribunales internacionales.

A lo largo de las últimas décadas, por su falta de liderazgo y por no asumir las demandas ciudadanas, los partidos políticos se han ido ganando aceleradamente un nivel de desprestigio que los ha alejado de la confianza y la credibilidad de gran parte del electorado, lo que ha dañado a su vez las posibilidades de consolidar una democracia madura en nuestro país. Creo que ello se debe a varios factores, pero de manera preponderante, a la corrupción y a los pobres y escasos resultados a favor de las demandas de los ciudadanos que ven cómo van y vienen los diferentes gobernantes y de diversos partidos, sin que mejore su nivel y calidad de vida, al mismo tiempo que se incrementa inexorablemente la violencia, la impunidad y las fortunas mal habidas entre los altos jerarcas de la política

Sigue siendo una cruel paradoja, que nuestro país, que cuenta con  inmensos recursos naturales y una enorme población de ya casi 130 millones de habitantes, gran extensión geográfica, rica variedad de territorios, climas, bosques y extensos litorales, permanezca muy rezagado respecto de otros países, que, sin tantas riquezas naturales y extensión, se encuentren muy por arriba del nuestro en materia de educación, salud, vivienda, servicios públicos, buena alimentación y acceso al esparcimiento, a la cultura y al deporte. ¿Por qué? Pues porque la acción política se ha pervertido, se ha convertdo en un modus vivendi o en un redituable negocio. Porque los actores políticos, están dedicados a la preservación de sus privilegios, más que a la realización del BIEN COMÚN. También, hay que decirlo, porque los enormes recursos que de nuestros impuestos reciben los partidos, cada año, solo Morena recibirá más de 1,500 millones en éste año.

A su vez, me parece que la falta de una formación cívica suficiente en la ciudadanía, tiene el efecto pernicioso, por un lado, de generar una actitud irresponsable en algunos ciudadanos, que les impide entender que su falta de participación activa en los asuntos públicos, es en gran medida, lo que alienta las conductas negligentes y corruptas en buena parte de los actores políticos y por la otra, es lo que permitió que un político audaz y sin convicción democrática sincera, sino que más bien comprometido con la ideología neo-socialista del Foro de Sao Paulo, haya podido llegar a la presidencia de nuestro país que cuenta con una historia larga de luchas en favor de la libertad y de los valores de la democracia.