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Educación: la película (escenas inolvidables)

Por Gustavo Ibarra Hurtado

Abril 24, 2024 03:00 a.m.

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Como ya sabemos, la educación y formación de las personas consiste en enseñar y fomentar nuestra cultura, acciones, conductas, habilidades, hábitos, valores y conocimientos de una forma integral para la vida y que, no solo ocurre de manera formal en escuelas, sino también en espacios y grupos en donde se tiene interacción social entre los individuos de una comunidad, incluidos los grupos del país y fuera de él, sobre todo con la interacción comunicativa virtual.

De igual manera, ya sabemos que cada caso y cada individuo que pasa por este proceso educativo, tiene su propia particularidad, contexto y situaciones específicas que hacen de cada historia personal una gran película, dentro de la cual, somos el actor principal sometido a todas las escenas cotidianas de la vida misma en donde se desarrollan aventuras, drama, suspenso, triunfos, temores y alegrías; incluso, encuentros y desencuentros con el afecto, el amor, la suerte y hasta la vida y la muerte; en fin, nuestra participación en toda la gran producción cinematográfica de nuestra vida.

En toda película que, creada con tal maestría, ha sido capaz de dejar huella en sus espectadores, de manera tal que es motivo de múltiples aprendizajes, sensaciones y emociones, los cuales pasan a formar parte de nuestro acervo mental y literalmente parte de nuestras vidas, muestran y quedan escenas que resultan icónicas e inolvidables.

Dichas escenas quedan grabadas en nuestra mente de manera permanente y, bastaría con recordarlas y visualizarlas en nuestra imaginación, para tener presente lo que esa película dejó en nosotros: experiencias propias, valores, sorpresas, sentimientos, temores y un sinfín de sensaciones y aprendizajes más.

Acaso se olvida la escena de la pareja que, abrazados, van “rompiendo” el viento y el mar, situados al frente del Titánic; o la música y las escenas de aquel boxeador subiendo a toda velocidad las escaleras del museo de arte en Filadelfia USA; incluso, en su tiempo, el temor y hasta terror que causó las escena en donde gira la cabeza de aquella mujer poseída demoniacamente; qué decir de todas las enseñanzas que las escenas de películas infantiles han dejado, haciendo volar a aquel pequeño elefante de grandes orejas o aquel niño refugiado en la selva, acompañado por un oso.

Es innumerable la cantidad de escenas que, a manera de aprendizajes para la vida, han sido establecidas y han permanecido a lo largo de generaciones enteras.

La educación integral, vista como esa gran película que todos en nuestra vida cotidiana vamos creando, tiene también esas icónicas escenas, que permanecen de por vida, tanto en quien enseña como en quien aprende.

Se aprende de todas las acciones y situaciones: del reconocimiento en familias o escuelas cuando ejecutamos una tarea de manera exitosa o del regaño o corrección cuando la ejecutamos deficientemente.

Aprender de situaciones en el ámbito social público, en donde apreciamos un acto de violencia, corrupción o de solidaridad entre ciudadanos; de reglas y formatos normativos urbanos y de convivencia armónica; de la cultura y costumbres del lugar que habitamos y hasta de los intereses y dimensiones políticas y de poder que se manifiestan.

En las escuelas, durante los recesos, todo tipo de conductas y actos de inclusión o discriminación bien sea de género, condición social, económica o física; en las aulas, el hecho de voltear a ver a los compañeros con los que se convive y ser impactado por sus costumbres y acciones representativos de sus familias.

Quedan también grabadas escenas de la película educativa en aquellos que son sus productores y directores, me refiero a padres de familia y profesores, con acciones de enseñanza y aprendizaje en donde les toca apreciar las situaciones de lo más diversas e inverosímiles en sus hijos y alumnos.

Estoy totalmente seguro de que si preguntamos a algún padre de familia sobre la película que sus hijos protagonizan, recordarán no una, sino muchas escenas inolvidables; de igual forma con los profesores, a lo largo de dirigir o formar parte del elenco de la película que cada uno de sus pupilos están creando, estarán en sus mentes diferentes escenas que nunca olvidarán.

¿En qué parte de la película va tu vida?

¿Qué escenas inolvidables llevas actuadas y coleccionadas en tu memoria?

¿Qué escena es la que te ha provocado más aprendizajes?

No cabe duda, enseñar y aprender son parte de toda una gran producción cinematográfica, en la cual nosotros, como productores y actores principales, podemos elegir hacia dónde dirgirla y cómo terminarla.

Comentarios: gibarra@uaslp.mx