El arte de hacer enemigos

Compartir:

El viaje a Washington D.C. del presidente Andrés Manuel López Obrador estuvo plagado de malos presagios. No obstante, al término de sus eventos públicos hasta algunos de sus críticos opinaron que salió fortalecido luego de repartir elogios con Donald Trump. Quienes piensan así no entienden el entuerto político en que México está por su relación con el actual mandatario estadounidense. Más bien, AMLO hizo gala de su capacidad para hacer enemigos.

Primero lo positivo, la imagen de dos líderes que se tratan con cordialidad siempre es un paso adelante en una relación bilateral, y mucho más si ocurre con el presidente de la nación con la que se tiene una enorme asimetría y dependencia económica.

También, el presidente de México pronunció un buen discurso en la Casa Blanca donde describió la honradez, trabajo y bondad de la comunidad mexicana, un grupo que antes fue etiquetado por Trump como criminales y violadores. Sin peleas ni controversias, López Obrador exaltó la importancia del nuevo tratado comercial y, a pesar de su origen humilde y prácticas austeras, no se achicó ante un millonario convertido en el bully más grande el mundo.

Pero con su visita, el presidente de México también lanzó un dardo envenenado a los rivales políticos de Trump. Legisladores del Grupo Parlamentario Latino en Washington enviaron una carta al presidente de Estados Unidos donde consideraron que utilizó el encuentro con fines políticos. Y tuvieron razón, pues la campaña de Trump usó imágenes del evento y seguramente promoverán al candidato que “ahora ama a los mexicanos”.

Incluso, el presunto candidato demócrata a la presidencia, Joe Biden, escribió un twitt donde recordó cómo Trump criminalizó con fines racistas a la comunidad mexicana. Si bien fue un flamazo político, deja en claro que la oposición no olvida que hay una herida que no cerrará con discursos ni con caricias mutuas.

También, no hay que olvidar que el despliegue de la Guardia Nacional para contener la entrada de migrantes centroamericanos a Estados Unidos es un talking point (tema) recurrente en los mítines de Trump. Las acciones del gobierno de México han dado municiones al mandatario estadounidense para machacar con su base que él sí cumple sus promesas, y dan testimonio de su presunta efectividad como gandalla en jefe.

Lo anterior es relevante porque Joe Biden aventaja a Trump en todas las encuestan con más de dos dígitos. Claramente eso no garantiza que triunfará en noviembre, pero sí tiene posibilidades muy altas. Si Biden gana no actuará con furia contra de México, pero sí cobrará facturas a López Obrador, quien ha demostrado que se dobla cuando es presionado y que hará lo que sea por no pelearse con Estados Unidos.

López Obrador también se distanció de los aliados históricos de México como los legisladores demócratas. Uno de ellos, el representante Jesús García, un progresista de cepa, dijo que “AMLO parece aliado de Trump”. Incluso, un personaje que fue líder del Movimiento del 68, afiliado a la izquierda mexicana y activista en este país, Carlos Arango, me dijo que “López Obrador no es un presidente para este siglo”, luego de negarse a reunirse con migrantes.

Presidente López Obrador, disfrute su foto con Trump, pero tenga lista la careta que deberá poner si hay alternancia en Estados Unidos. Porque usted vino a visitar a un hombre que llama amigos a dictadores y tiranos, pero se peleo con aliados tradicionales e hizo enemigos nuevos. De por sí su sexenio va en picada, no me imagino cómo serán los últimos cuatro años de su gobierno con el presidente Biden en la Casa Blanca. 

Twitter: @ARLOpinion