La primera y mayor de las obligaciones de un presidente de la república, es propiciar y mantener un estado de cosas en las leyes y en las instituciones públicas, que permitan a los ciudadanos vivir con seguridad, con tranquilidad y sin el temor a ser víctimas de una agresión o de un asalto de los delincuentes que ya casi en cualquier lugar y a cualquier hora atacan a ciudadanos inermes. Si no cumple el presidente esa obligación superior, como está ocurriendo hoy en todo México, ese gobernante no sirve, no cumple la ley.
¿De qué sirve la Guardia Nacional, si los delincuentes no solo no les temen, sino que los agreden, los humillan, les apalean su vehículo, rompen vidrios y calaveras y les mientan la madre, a pesar de que portan poderosas armas que les prohíben usar ni siquiera para defenderse? ¿Para qué se movilizan a costos enormes para el erario público, a policías, marinos, soldados o elementos de la GN, si no los respetan ni se hacen respetar, ya no digamos temer? Es verdaderamente penoso el papel de los uniformados porque no se les permite actuar con energía y eficacia ante los delincuentes. Vea Ud. las imágenes de los hechos recientes en Los Reyes, Michoacán en los que se ve cómo los militares perfecta mente armados, son atacados y hostigados con palas y palos, a pedradas, por un grupo de delincuentes ensoberbecidos porque saben que tienen la orden de no usar la fuerza para contenerlos y controlarlos. En ningún país del mundo pasa algo semejante, solo en el nuestro, por la actitud blandengue e ilegal de un presidente que postula ABRAZOS NO BALAZOS y lo único que está logrando es hacer más grande e impune la fuerza de los delincuentes, que, sin la aplicación enérgica de la Ley, no se detienen. Ante este estado de las cosas, ¿Qué tienen que decir los altos mandos del Ejército y la Marina? Por lo pronto en Michoacán ya van 11 militares asesinados en este año. Dos de ellos, de alto rango.
Entre las frecuentes declaraciones y afirmaciones que nos receta AMLO cada mañana, casi siempre con un cargado tufo de demagogia, de mentira descarada, o de disparate, está la que encabeza esta columna, porque exhibe claramente el pobre nivel que tiene para conocer y comprender la realidad de terrible inseguridad que enfrentamos los ciudadanos mexicanos hoy en día, al haber afirmado con toda desfachatez, así, como si nada, que el pueblo de México está muy feliz (feliz, feliz, feliz, dijo textualmente) no obstante la tragedia que vivimos cada día, al ver que sigue creciendo la violencia en prácticamente todo el territorio de la nación y no solo por lo que se refiere a esa macabra contabilidad de los muertos, que ya rebasa todas las de años anteriores, sino por la crueldad, su forma salvaje, despiadada y bárbara.
NO, PRESIDENTE, EL PUEBLO NO ESTÁ FELÍZ. Si lo estuviera, sería un pueblo deshumanizado. ESO NO SOMOS LOS MEXICANOS. SU FRASE PARECE UNA BURLA A LA INTELIGENCIA Y A LA GRAVE PREOCUPACIÓN DE LOS MEXICANOS. DEBERÍA HASTA OFRECER UNA DISCULPA AL PUEBLO TODO DE MÉXICO SIN HACER DISTINGOS COMO ACOSTUMBRA, DISTINCIONES QUE SOLO DIVIDEN Y FALTAN AL RESPETO AL CONJUNTO SOCIAL DEL PAÍS.
Con su avalancha de spots y su costosa publicidad en casi todos los medios, para su programa de apoyo a 900,000 jóvenes (según él), regala cada mes casi 3 mil seiscientos millones de pesos y el de Adultos Mayores, rebasa ya también varios miles de millones cada mes, con la mira ilegal de usar el dinero de todos los mexicanos para implantar el culto a la personalidad, propio de dictadores del siglo pasado tipo Stalin o Mao Tse Tung y obtener apoyos con miras a las elecciones del 2021. Ese dinero sería mucho mejor canalizarlo a fortalecer una policía profesional y bien pagada en los 180 municipios del país que tienen el 75% de los hechos de sangre en el país, o para sostener las Estancias Infantiles y comprar los medicamentos que les escatiman a los niños con cáncer.
Los programas, “Jóvenes construyendo el futuro”, o el apoyo a Adultos mayores inverosímiles e inverificables. Su base de datos, o sea el padrón de los programas, solo ofrecen el nombre de los centros, sin RFC, sin razón social, dirección, ni otro tipo de información, como lo denunció Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad, (MCCI) el pasado 27 de agosto. “¿Cuántos son, dónde están, qué hacen?”: en estos programas federal es, hay probables centros de trabajo fantasma y discordancia entre los becarios registrados y los que están en capacitación. Hay otras irregularidades, que por limitación de espacio no detallamos aquí.
Otro de los spots publicitarios que también parecen una farsa, por sus nulos resultados, es en el que frente a cámara aparece AMLO y dice que todos los días, a las 6 de la mañana, hasta las 7, se reúne con los secretarios de la Defensa, de la Marina, el de Seguridad Nacional y la Secretaria de Gobernación para revisar el parte de los hechos de sangre y así nos muestra que si están trabajando por la seguridad de los ciudadanos. ¿PARA QUE SE DESMAÑANAN, SI LA VIOLENCIA VA DE MAL EN PEOR CON TODO Y SUS JUNTAS AL AMANECER? MEJOR QUE DUERMAN BIEN Y LE DEN BUENOS RESULTADOS A MÉXICO.
¡NO! El pueblo de México no está feliz. Con el gobierno de AMLO solo él mismo y su camarilla pueden estar felices.
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