Es de sabios rectificar

Hay temas que en una democracia exigen discutirse. Son aquéllos donde se sientan precedentes que envían señales equivocadas a inversionistas nacionales o extranjeros, o son aquéllos que implican altos costos presentes y futuros con cargas inmerecidas a las próximas generaciones. Y por ello el debate público sobre la construcción de la refinería de Dos Bocas no puede escaparse.

Supongamos que la idea de Dos Bocas, más que la construcción de la refinería per se, trata de invertir en una región que por justicia distributiva necesita ser reintegrada al desarrollo del país, pero que además tiene eventos adversos de la naturaleza. Es el caso de Tabasco, y en particular el municipio Centro en el cual está Villahermosa, expuesto continuamente a severas y recurrentes inundaciones. Esto afecta el potencial y el atractivo de inversiones que faciliten otras actividades productivas para diversificar e incluso reinventar Tabasco. Se requiere de nueva obra civil y programas, además de modificar conductas de productores agropecuarios y forestales que han acelerado el azolvamiento del sistema de presas que incluyen a la Angostura, Chicoasén, Malpaso y Peñitas.

Además Tabasco, Campeche y Chiapas requieren de proyectos que superan por mucho la nula rentabilidad de Dos Bocas. Por cierto, tubería, calderas, válvulas, computadoras, sistemas de cómputo y comunicaciones requeridos, no se fabrica en ninguno de esos estados. ¿Entonces cuál es el beneficio para el desarrollo regional?

Dos Bocas también deja expuesto a nuestro país a la falta de contrapesos y a la falta de congruencia con el objetivo de crecimiento económico del 4% en promedio anual. Por lo tanto, Dos Bocas en lugar de atraer inversión al país la espanta. Para empezar, si los gobernadores actuales de las entidades federativas amaran tantito a su población, estarían abogando porque esos recursos escasos se invirtieran en la infraestructura que conectara mejor a esas entidades entre sí; que se dotara de mejor infraestructura a la educación media, media superior y superior, y se reorientara a la formación de técnicos e ingenieros que generarían miles de empleos por empresas que buscarían establecerse ahí. Los estados que han crecido en los últimos lustros como economías del sureste asiático, Querétaro, Aguascalientes, y Guanajuato, así lo han venido haciendo.

La Cámara de Diputados y el Senado de la República, pese a sus mayorías aplastantes, tienen legisladores suficientes para ejercer su papel de contrapeso y exigir el cumplimiento de la Constitución. 

Twitter: @jchavezpresa

(Economista)