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Familia y escuela Capítulo 78: La caja de herramientas para la vida

Por Gustavo Ibarra Hurtado

Septiembre 22, 2021 03:00 a.m.

A

El formar o ser formado para la vida, debe tener como resultado el estar dotado de múltiples habilidades, actitudes, destrezas, valores y procedimientos que nos hagan afrontar de manera satisfactoria las diversas situaciones por las que cotidianamente pasamos.

Esta forma de concebir a la educación integral diversificada, es equiparable con el ir reuniendo día tras día, enseñanzas y aprendizajes que se irán configurando como un conjunto de herramientas, las cuales pasarán a formar parte de nuestro repertorio.

Dichas herramientas, no son solo teóricas o técnicas, sino también de tipo social y cultural; y como se podrá entender, no todas se adquieren en la escuela, ni en la familia; es una forma totalmente diversificada, puesto que cada experiencia, en cada lugar, en cada tiempo y cada circunstancia, es la oportunidad de mantener la mente abierta para aprender de todo lo vivido.

Resulta evidente entonces que, cada individuo va conformando sus diferentes experiencias educativas escolares y sociales, reuniéndolas en su propia caja; algunos, la tendrán desbordada; otros, a medio llenar y definitivamente habrá quien la mantenga vacía y limpia.

De igual forma, habrá quienes, aunque esté repleta, hagan un uso nulo o poco adecuado de su herramental y otros, que aunque tengan una sola, la apliquen de manera magistral.

El manifestar a la educación como “integral” y equipararla con la recopilación de instrumentos, implica el reconocer que lo recomendable sería el usarlos de manera conjunta: los teóricos y técnicos, con los de tipo social y cultural; es decir, comprender que es una “doble” manera de formar y que sus resultados, no solo competen a los planteles escolares.

El culminar todo un trayecto educativo, por ejemplo el haber cursado desde preescolar hasta estudios doctorales  o más, no asegura que se tenga éxito como persona o profesional; y una de las formas de aumentar estas posibilidades, sin duda se obtiene con la aplicación, además, de habilidades, actitudes y valores, que complementen a los primeros.

También resulta interesante darnos cuenta que el uso de una misma herramienta, se aplica de manera diferente en cada persona y para cada situación específica; el afrontar o resolver una situación cotidiana se hace desde diferentes procedimientos, con la obtención, casi siempre generalizada, de los mismos resultados.

Diferentes padres y madres de familia: “... ¿De qué manera logran atraer la atención para que sus hijos hagan caso a sus indicaciones? … yo solo cambiando el tono de voz, a veces con un grito  …en mi caso solo me quedo seria  …yo, con la mirada, bien saben cuándo me quedo seria y mirándolos fijamente …la verdad ya no me hacen caso, he usado muchas formas y hasta me desespero”

Maestros y maestras de educación primaria: “¿De qué forma logran atraer la atención de sus alumnos? …basta con que me pare enfrente de ellos  …hablando más fuerte de lo normal  …me dirijo a cada uno de ellos por su nombre  …les llevo siempre algo nuevo, que los motive  …creo que estoy “perdiendo el toque”, porque a últimas fechas no lo logro tan fácil”

En verdad que esta aplicación es sumamente útil, porque es posible adaptarla a todas las situaciones, espacios y tiempos; en las actividades laborales, familiares, escolares, de pareja y un sinfín de ejemplos más.

Entonces, habrá quien, de acuerdo con la situación, pueda resolver un conflicto con una acción rápida y precisa, un grito, una sonrisa o simplemente con el silencio acompañado de una mirada comprensiva; hasta aquellos que, definitivamente, no lo puedan resolver.

A diferencia de los conocimientos, técnicas y procedimientos adquiridos en las escuelas de todos los niveles educativos, en donde se certifican estos aprendizajes, obteniendo un diploma o título; para el caso de esta caja con el buen y pertinente uso de las herramientas que ahí se encuentran, no hay diploma alguno, solo el corroborar que en verdad son útiles para nuestro mejor desarrollo social.

“…En una ocasión conocí a una señora muy viejita y le pregunté que cuál era su secreto para tener unos hijos tan exitoso y me dice: mira para mi esposo y para mí, lo importante era que nuestros hijos aprendieran un idioma, un oficio, un deporte, una profesión y valores y si no había trabajo de su profesión, entonces que echarán andar su caja de herramientas para la vida”

A veces creemos que la única forma posible de asegurarles un porvenir a hijos y alumnos es con el dominio de los conocimientos escolares y científicos, con la culminación de una carrera para que puedan obtener un trabajo y tengan un sustento seguro; sin embargo, además de lo anterior, debemos ya reflexionar que tanto nosotros como ellos, necesitamos reunir y hacer uso en el momento necesario, de todas las habilidades, actitudes y valores que hemos recopilado.

Si para un artesano o un trabajador de cualquier taller, para un abogado, médico, ingeniero, cocinera, policía, barrendero y hasta para un político, les son de suma importancia sus instrumentos de trabajo; desde luego que, para un maestro o para un padre de familia, lo mismo que para quienes están a su cargo, resulta entonces un conocimiento invaluable el comprender la importancia que tiene la creación y uso de su caja de herramientas para la vida.    

Comentarios: gibarra@uaslp.mx