Huele a necedad
Si en algo López el cansa-gansos ha dado muestras de tozudez, rayando en terquedad supina, es en cuanto a encontrar la manera de enfrentarse con los Estados Unidos y con su inminente presidente Joe Biden.
Si bien puede parecer anecdótico que se negara a felicitar al triunfador de la elección norteamericana, con una mala, deficiente y torcida idea de la Doctrina Estrada, deja de serlo el que, luego del intento de asalto al Capitolio, con la anuencia y previa arenga de Trump, saliera a defender al mal perdedor una vez que le cerraron el acceso a las redes sociales para dificultar su evidente intento de romper al Estado y sus leyes.
Queda también el resabio de aquella visita que le hizo al presidente Trump en plena campaña de reelección, tratando de intervenir en cosas que no le importan, favoreciendo a un contendiente en un proceso electoral ajeno.
Desde su púlpito mañanero, clama López en contra de la transparencia, de las regulaciones y de los límites a su gobierno que le imponen los órganos constitucionales autónomos y anuncia su intención de una contrarreforma que les de al traste a estas entidades, son tomar en cuenta que el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-Mec) expresamente establece que, a guisa de ejemplo, el Instituto Federal de Telecomunicaciones goza de reconocimiento y protección, de manera que borrarlo implica incumplir el compromiso que el propio López impulsó. Esto garantiza una controversia con los otros firmantes del acuerdo, porque, hay que recordar, que la regla de oro en el derecho internacional, es que los pactos deben ser observados.
En eso de mantener palabra y acatar compromisos internacionales, de parte de López poco y mal. Una cuenta más enhebra el mañanero de palacio a su enfrentamiento con los Estados Unidos, ahora en el caso del general Cienfuegos.
El militar fue detenido en los estados Unidos y acusado formalmente ante una Corte penal. Con argumentos extorsivos, en el sentido de que México limitaría las acciones de los agentes investigadores de aquel país en el nuestro, aunado a promesas de que en México se haría lo que se tuviera que hacer para deslindar las responsabilidades del general, logró el gobierno de López que le regresaran al otrora Secretario de la Defensa Nacional.
Sin embargo, al margen de que la Fiscalía General de la República haya manifestado que no encontró elementos en contra de Cienfuegos, para proceder penalmente, con ese ánimo de protagonismo a ultranza, López ordenó que se hiciera público el expediente de investigación instruido en los Estados Unidos, con una abierta y franca violación del numeral 5 del artículo 1 del Tratado de Cooperación entre los Estados Unidos Mexicanos y los Estados Unidos de América en Materia de Asistencia Jurídica Mutua, que, a la letra, dice: “5. La Parte requerida mantendrá la confidencialidad de la solicitud y de su contenido, a menos que reciba autorización en contrario de la Autoridad Coordinadora de la Parte requirente. Cuando no se pueda dar cumplimiento a una solicitud sin quebrantar la confidencialidad exigida, la Autoridad Coordinadora de la Parte requerida lo informará a la de la Parte requirente, la cual determinará si la solicitud debe cumplirse pese a ello”.
Por supuesto que los Estados Unidos podrán reabrir la causa contra el general, abrir otras contra otros amigos de López y, por supuesto, mostrar una natural desconfianza a la palabra de quien, con hechos, demuestra que la mentira es lo suyo.
El 19 de octubre pasado publiqué en este espacio unas consideraciones sobre el caso Cienfuegos (https://pulsoslp.com.mx/opinion/cien-fuegos/1199660) y dije que: “…hubiera sido muy sano ejercicio, sobre todo en favor del actual Secretario de Defensa, el general Sandoval, quien fuera Jefe de Operaciones de Cienfuegos, que hubiera un procedimiento abierto en el Servicio de Justicia de las fuerzas armadas, para dejar de lado cualquier sospecha.”; por supuesto que de esto, nada de nada.
Por eso no lo invitan, por necio. Por eso el futuro es incierto.
@jchessal
