I.- ¿Por cuál partido piensa usted votar en el 2021? Yo no lo sé todavía. Ninguno convence. Creo que todos andan mal. Su credibilidad sigue en picada. Entre otras cosas, por la corrupción y porque el exceso del dinero público que reciben de nuestros impuestos, los ha maleado. Los ha echado a perder. Les ha originado una dependencia que daña sus convicciones éticas, sus valores políticos. Este año los partidos políticos no tendrán recesión económica, ¡Qué va! Esta solo nos afectará a los ciudadanos de a pie, los que vivimos de nuestro trabajo y pagamos impuestos. Recibirán, sin considerar los apoyos de los gobiernos estatales, 4,965 millones de pesos, distribuidos así, conforme lo acordó el INE: PAN, 900; PRI, 849; PRD, 422; PT, 371; Verde, 403; MC, 389; y Morena, 1,628.3 millones que sumando a sus satélites del PT y el probable aliado Verde, alcanzará la abrumadora cifra de 2,402 millones, con lo que podrán sepultarnos a los mexicanos en propaganda y compra de voluntades. Una verdadera majadería política, un insulto a las carencias de millones de gentes.
Desde que el PRI acaparó casi todo el poder político durante el siglo XX, sembró una mala semilla, una subcultura de pragmatismo atroz, que ve a la política como un medio de enriquecimiento propio, o al menos una solución de problemas económicos personales. Y eso, desvirtúa la acción eficaz de la política, su verdadero fin, que solo puede ser, solo debe ser, la realización del BIEN COMÚN.
Para poder vivir en Democracia, en México necesitamos urgentemente partidos democráticos congruentes, con claridad y certeza de rumbo y confiables para los mexicanos. Que no antepongan sus intereses personales o de grupo, a sus propios estatutos y reglamentos ni a la Ley nacional y siempre actúen con justicia y responsabilidad frente a su militancia y frente a la sociedad en su conjunto.
Los partidos políticos deberían ser en primera instancia, centros de capacitación política para los ciudadanos que tienen la aspiración legítima de servir a la sociedad en un puesto público, dentro de los valores éticos, sociales y morales que cada partido postula, defiende y aplicaría en caso de alcanzar los cargos para los que se contiende. En un entorno de democracia, los partidos no deben ser un simple medio para obtener un empleo gubernamental, sino mucho más que eso, deben ser organizaciones con vida democrática, en las que toda su militancia, pueda tener libre acceso a las decisiones para nombrar a sus dirigentes y a sus candidatos, en base a sus propios reglamentos y estipulaciones internas, que deben propiciar que sean los ciudadanos más capaces, más honorables y más preparados quienes alcancen las candidaturas mediante convenciones y elecciones internas libres.
En un sistema político que se proclame democrático, los partidos políticos son indispensables, como organismos de la sociedad civil, NO son entidades gubernamentales. Sustentan un conjunto de ideas y principios, llamados también doctrina política, que los caracteriza y les da su propia identidad, al mismo tiempo que su propia existencia se ubica como una parte, solo una parte, del Todo Político y entonces, aceptan las reglas para competir con otros, para ganar la confianza, el voto ciudadano y en su caso, el cargo público. En todos los países democráticos del mundo, que gozan de plena libertad de prensa, los partidos además, cuando no están en el poder, tienen la obligación no escrita, pero obligación al fín, de observar al gobierno y hacer la crítica inteligente y constructiva de los errores de quienes se encuentran ahí, para obligarlos a rectificar.
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II.- Aunque AMLO, diga que no le tiene confianza a las calificadoras y a los organismos del sistema financiero mundial, la verdad es que, nos guste o no, sus estudios y opiniones sobre la economía de los países, pesan mucho en el ánimo de los inversionistas internacionales que son necesarios para impulsar el desarrollo de su economía. Con una deuda de más de 108 mil millones DE DOLARES, es decir más de DOS MILLONES DE MILLONES DE PESOS y una plantilla de personal con 80,000 trabajadores más que los necesarios (120,000 y solo requiere 40,000), además de una pesadísima carga de más de 50,000 pensionados, e inversiones poco viables como la de la nueva refinería de Dos Bocas, es muy improbable que el capital foráneo decida hacer inversiones en PEMEX.
El llamado “Plan de Negocios de PEMEX”, dado a conocer por la paraestatal hace pocos días, ha sido como “El parto de los montes”, esa antiquísima fábula satírica de Esopo que relata cómo los montes dan terribles signos de estar a punto de dar a luz. Sin embargo, después de señales tan asombrosas, los montes paren un pequeño ratón. En el Plan de Negocios de PEMEX, no se tomaron en cuenta las inquietudes y sugerencias hechas por los expertos y las calificadoras de riesgos que hicieron advertencias que no fueron consideradas y ponen en riesgo la baja calificación de la empresa, lo que anuncia tiempos muy difíciles no solo para Pemex, sino también para la economía del país, porque no considera alianzas estratégicas con privados y en su lugar ofrece contratos integrales de largo plazo que no proveerán a la empresa de la liquidez necesaria para invertir en actividades rentables.
La calificadora Moody’s opina que la probabilidad de una rebaja en la calificación a nivel “basura” “es cuestión de tiempo, porque el Plan de Negocios no aporta nada nuevo”, ni toca las estructuras obsoletas ni los vicios de su administración. Para reducir el impacto que han tenido las bajas de calificación, el gobierno va a tener que otorgar garantía explícita a la deuda de PEMEX.
Y, nuevamente se repetirá la historia, seremos los ciudadanos de a pie, los que acabaremos pagando los platos rotos, los errores y toda la corrupción que está dentro de la paraestatal, con dirigentes sindicales como Romero de Champs que nadan en la abundancia, viajan en su jet privado y usan relojes de oro macizo. Para este gobierno también, como para los anteriores, ellos son intocables.
lujambio06@hotmail.com