Impunidad
En México la impunidad alcanza niveles de escándalo. De cada 100 delitos que se cometen, solamente 6.4 se denuncian, de cada 100 de los mismos, 14 se resuelven, por lo que la probabilidad de obtener justicia es del 0.9%. Esta situación es un problema público grave, que no ha sido atendido y tal parece que no hay voluntad para hacerlo aun en momentos que la clase política presume que es “diferente”. Sus acciones contradicen su discurso, la justicia no es su prioridad y menos si la víctima es mujer. De nada sirve la alternancia política, la presencia de la mujer en la estructura gubernamental y en los puestos de elección popular, ni que gobierne por primera vez una mujer con el slogan: “llegamos todas”.
El caso de Cuauhtémoc Blanco, diputado de Morena, exgobernador de Morelos y exfutbolista, a quien le acompaña la polémica a lo largo de su trayectoria deportiva y política. Su proceso de desafuero es solo un ejemplo de cómo se imparte justicia en México, en donde importa quién eres, quien te apoya, no el delito que se cometió; donde se cuestiona quien presentó la solicitud de quitarle la inmunidad, pero no se escucha a la víctima, se interpreta la ley a conveniencia para impartir justicia. Se hace uso de la intimidación, la presión y la amenaza para que todo esté a favor del agresor. Este es solo un ejemplo de lo que sucede en el país, pero que no es visible, se oculta en la opacidad en aquellos espacios en donde se supone que se aplica la ley.
Sobre este personaje están al menos 10 carpetas de investigación por diversos delitos en los que presuntamente ha incurrido, en donde destacan: denuncias de corrupción, vínculos con el crimen organizado y la acusación por parte de su media hermana, por intento de violación, que fue la causa de solicitud de desafuero, cuyo rechazo fue un acto de impunidad, producto de pactos acordados entre los líderes de los grupos políticos del congreso mexicano, quienes lograron doblegar al bloque feminista que se intentó construir en la bancada mayoritaria que gobierna, cuyas lideres expresaron: “Se nos exhibió, se nos hizo votar a mano alzada para ver qué diputadas estábamos en contra y quiénes a favor”, “Somos 146 diputadas de Morena, y éramos 60 o 70 quienes íbamos a votar en contra”.
En su defensa, quienes lo apoyaron argumentaron: “se nos envió un expediente vacío, mal integrado”; “proviene de un fiscal encubridor de feminicidios y corrupto”. Para rechazar el desafuero se privilegió la forma, no el fondo, tal como sucede en miles de casos en donde no se imparte justicia en favor de las víctimas. Además, se le protegió con un: “¡No estás solo!” por parte de un grupo de diputadas del grupo mayoritario en el congreso. Grito que es un símbolo de la lucha feminista, pero adaptado para la ocasión. Así mismo, se le dio la voz al victimario y no a la víctima. Morena, el PRI y el Verde terminaron blindando a Blanco tal como lo hizo Televisa en todos sus atropellos que hizo como futbolista.
En conclusión: la petición de desafuero del diputado de Morena, necesario para poder juzgar a un legislador, es solo un ejemplo de porque existe un alto nivel de impunidad en México y el por qué la mayoría de las y los mexicanos no le tiene confianza a las instituciones responsables de impartir justicia, en cuyo proceso importa mucho mas quien es el victimario y sus relaciones personales y políticas, que el delito que cometió; donde además, cuenta mucho los recursos de poder que tiene y sus aliados que interpretan la ley de manera imparcial. El camino para obtener justicia en el país es aún largo y lleno de obstáculos, para las mujeres les es más, el slogan “llegamos todas” le falta superar muchas barreras políticas y culturales. Próxima colaboración: 23 de abril de 2025.
@jszslp