Mirador
El agua de esta lluvia es la misma agua de la lluvia que vio caer Platón.
La nube que ahora pasa es la misma que estuvo sobre las legiones de César en las Galias.
La ola que moja en este instante esa playa del Caribe es la misma ola que acarició las maderas de la nave de Juan de Austria en la batalla de Lepanto.
Toda el agua del mundo es la misma agua que hay desde el principio del mundo. Ni siquiera las lágrimas de los humanos han hecho que esa agua sea más agua.
En igual forma toda la tierra es la misma tierra que hay desde el principio de la tierra. Ni siquiera el polvo en que se convierten los humanos ha hecho que esa tierra sea más tierra.
¿Y las almas de los hombres, de las mujeres y los niños que hay en el mundo?
Quizá sean las mismas almas de todos los hombres, las mujeres y los niños que en el mundo han sido.
Quizá.
¡Hasta mañana!...
