Plan Municipal de Desarrollo 2018-2021

¿Cómo se imagina usted que podría o debería ser el San Luis Potosí que habitarán nuestros hijos y nietos de aquí a 20, 30, o 40 años? ¿Qué puede ser más importante para los habitantes de nuestro municipio y para la convivencia pacífica y civilizada de todos los grupos sociales, que el asegurar la viabilidad de nuestra ciudad hacia las décadas próximas? ¿Seremos capaces de entender los potosinos la responsabilidad que compartimos para preservar la naturaleza, QUE TODOS VAMOS EN EL MISMO BARCO y que si no, no habrá vida para nadie? ¿Sabremos trabajar coordinadamente con la autoridad municipal, para asegurar que mañana podrán disponer de recursos naturales, de agua suficiente, de aire limpio y de una ciudad segura y limpia, con servicios públicos necesarios para la vida civilizada de personas, de familias y de la sociedad en general? 

El PLAN MUNICIPAL DE DESARROLLO, que recientemente aprobó el Cabildo Municipal, es decir, el H. Ayuntamiento de la Capital, es precisamente el documento legal que deberá regir el ordenamiento del crecimiento urbano con una visión de corto, mediano y largo plazo, que tuvo la participación de más de 3000 personas de todos los sectores sociales en 17 foros abiertos y permanece abierto para seguirse actualizando conforme a las necesidades de una ciudad en constante crecimiento, respetando los ejes centrales de equilibrio social, respeto al medio ambiente y protección de los recursos naturales.

Porque, la verdad es que hoy en día, hasta el momento en que iniciaron su responsabilidad los actuales funcionarios municipales, las cosas no pintaban bien. Son serios los daños y dificultades que causaron a los potosinos de la capital las últimas administraciones municipales que se desentendieron de sus obligaciones, cayeron en corrupción y dejaron la ciudad semi destruida, desordenada, con serios problemas de movilidad, de seguridad, de falta de agua potable, drenaje y alumbrado a grandes sectores de la población, sin ordenamiento urbano, que ha generado inseguridad, violencia y desintegración social y familiar.

La tarea que tiene enfrente la autoridad municipal que elegimos el pasado 1º de julio, es formidable. Además de tener que sanear las finanzas y el desorden financiero que dejó la administración anterior, y de tener que deslindar su responsabilidad respecto de ella, por el saqueo del erario y del patrimonio público de los potosinos, tiene que trabajar intensamente para ordenar la administración, los archivos y la documentación que acredite su transparencia y una correcta rendición de cuentas y, por si fuera poco, al mismo tiempo debe dedicar grandes esfuerzos y mucho trabajo y eficiencia para revertir el abandono en que dejaron las obras y los servicios municipales.

Pero tal vez el mayor rezago se observa en la falta de planeación y ordenamiento que le permita crecer con equilibrio y armonía entre los barrios o colonias de mayor capacidad económica y los que tienen mayores carencias. Un equilibrio que permita que los servicios y obras públicas lleguen por igual a todos los sectores de la ciudad y que asegure una ciudad sustentable para las generaciones que están por nacer. En países más democráticos y con mayor desarrollo social que el nuestro se observa que los servicios y obras públicas son muy semejantes en los distintos niveles socioeconómicos, áreas verdes, deportivas, zonas para el esparcimiento, buena iluminación nocturna, y redes de pavimento, agua y drenaje, banquetas, seguridad, etc.

Administraciones municipales y a veces también las estatales, que no tuvieron sensibilidad social y humana para proteger nuestro medio ambiente, con frecuencia supeditaron el interés general de los potosinos, a intereses económicos poderosos cuyo único fin es la rentabilidad, comprometiendo la sustentabilidad, la protección del medio ambiente y las reservas de agua en el subsuelo que son las que dan vida a este llamado Valle de Tangamanga. Autoridades que permitieron construir a diestra y siniestra en el nombre de un progreso aparente, en favor de ganancias económicas para unos pocos, comprometiendo la conservación de nuestras reservas de agua en el largo plazo. Autoridades que en algunas ocasiones promovieron y autorizaron industrias destructivas   depredadoras, proscritas en otros países, como la minería a cielo abierto en las cercanías de la capital, como por ejemplo la Minera San Javier, que devastó a Cerro de San Pedro.

Creo que hoy es oportuno y relevante para los habitantes de San Luis, fijar las metas en el desarrollo de la ciudad, como  lo establece el Plan Municipal de Desarrollo 2018-2021, que el mes pasado presentó en un Foro abierto, en la Plaza de Aranzazú, el Lic. Xavier Nava Palacios, que será un referente indispensable para que, a partir de ahora, la administración municipal dirija y oriente el Desarrollo Urbano de nuestra capital, con una visión de largo alcance y con un compromiso real con los ciudadanos  y con la transparencia, que subordine el interés de personas o de grupos económicos al Bien Común de hoy y de mañana.   

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